viernes. 17.05.2024

¿Debería dimitir Juan Sergio Redondo? Su lógica sobre la exposición retirada de Miradas dice que sí

VOX ha interepelado a la consejera de Educación y Cultura por la exposición retirada de la Biblioteca Pública por la Asociación Fotográfica Miradas y ha pedido a Orozco que dimita por la ofensa propiciada por la muestra a los sentimientos religiosos de muchos ceutíes

 Una de las instantáneas de la exposición de Marisa Martínez, 'Historias sangradas', retirada en horas por Miradas y objeto de la interpelación de Redondo este martes./archivo
Una de las instantáneas de la exposición de Marisa Martínez, 'Historias sangradas', retirada en horas por Miradas y objeto de la interpelación de Redondo este martes./archivo

El líder de VOX en Ceuta, Juan Sergio Redondo, ha elevado el tono en la sesión plenaria de control al Gobierno de este martes hasta tal punto que ha dado por hecho que la consejera de Educación y Cultura, Pilar Orozco, debería dimitir, tras la polémica suscitada por la exposición retirada de la Biblioteca Pública en apenas horas por la Asociación Miradas, ‘Historias Sangradas’, que jugaba con imágenes sagradas a las que había añadido otros elementos subversivos y cltidianos para transformar la realidad y realizar una crítica social y que hizo que muchas personas se sintieran ofendidas en sus sentimientos religiosos. Según esa misma lógica sostenida por Redondo, habida cuenta que muchos ceutíes se han venido, en los últimos años, sintiendo ofendidos en sus sentimientos culturales y religiosos por las declaraciones públicas de VOX, cabría deducir que Redondo tendría que plantearse su dimisión. Por si esto no fuera reclamo suficiente para que siga leyendo una crónica plenaria, añadiremos que en lo que sigue se va a citar de forma profusa a Marcel Duchamp y se va a enlazar a algunas obras de Nicanor Parra.

“Asunto espinoso (…) execrable exposición (…) A pesar de su corta existencia el impacto negativo en los sentimientos religiosos se produjo sin posibilidad de enmienda”, arrancó Redondo su interpelación descalificando la muestra de Marisa Martínez. Como la respuesta a su sus preguntas dada por Orozco que se limitó a eso, a dar respuesta concreta a las preguntas, no convenció a Redondo, en su segundo turno de palabra sobre el asunto, el de VOX cargó con todo, redoblando los descalificativos y yendo más allá: “Una vergüenza”, comenzó, pero en este caso para calificar la respuesta de la consejera de Educación y Cultura.

“¿Puede venir cualquiera a a exponer lo que le dé la gana y no hay responsabilidad política?”, se preguntó Redondo. Reprochó a Orozco que estuviera en la inauguración y no se diera cuenta de que la muestra podía resultar ofensiva para una parte de la población, y que desviara la responsabilidad sobre la proyección de la muestra al director de la Biblioteca. “Aquí viene cualquiera a exponer la primera porquería que se le ocurre y luego se va”, prosiguió. “Es una afrenta consentida, permitida y financiada por el Gobierno que representa y la Consejería que dirige. El último responsable es el consejero por haberlo permitido. Lo decente ante esta vergüenza es que hubiera presentado su dimisión. Lo decente es que dimitiera. Usted estuvo presente. No sintió ningún tipo de remordimiento porque apareciesen imágenes de cabezas cortadas, una imagen de la virgen fumando o de San José con una litrona”, prosiguió Redondo.

En lo concreto, VOX preguntaba a Orozco por quién establece los criterios para exponer en los centros dependientes de la Administración Local, como la Biblioteca, quién había autorizado la muestra y si se había destinado dinero público a la misma y en tal caso si se había solicitado el reintegro de las cantidades y por si depurarían responsabilidades por la “afrenta a los sentimientos religiosos de parte de los ceutíes”.

Orozco aclaró que lo que se expone y se programa en la Biblioteca lo decide la Biblioteca y se programa siguiendo “las pautas de la UNESCO, que establecen que hay que dar la máxima participación a las entidades culturales, la máxima pluralidad y que no se ejerza la censura previa, que en España está reservada sólo al mandato judicial”. No se destinó dinero público, sólo se cedió el espacio y no procede por tanto pedir reintegro alguno. Y entiende Orozco que no hay lugar a la depuración de responsabilidades, máxime cuando además, recordó, que la asociación Miradas retiró la muestra en horas, pidió disculpas públicas y dejó claro que “no pretendía afrentar los sentimientos religiosos de nadie”, tampoco hay pronunciamiento judicial.

Esto último no existe, entre otras, porque como ha relatado Redondo para cuando a la mañana siguiente de la inauguración se personaron en la Biblioteca para levantar acta de las fotos y trasladar su contenido a la Fiscalía, la muestra ya estaba desmontada.

Redondo insistió en que si Miradas recibe una subvención de algo más de 10.000 euros y usa sus actividades, como la muestra, para justificar esa ayuda, sí está recibiendo dinero público.

Si el revuelto originado en redes sociales que llevó a la entidad a retirar la muestra es suficiente prueba de la ofensa como para que Redondo pida la dimisión de la consejera Orozco, cabe preguntarse si la manifestación de miles de personas por los audios racistas atribuidos a su formación, no serían suficiente para su dimisión, siguiendo esa misma lógica.

Orozco ha acabado por pedirle que “recapaciten (…) están actuando con rencor y siendo justicieros (…) no aceptan la libertad, pero tampoco una disculpa”, resumió Orozco. “Vuelvan del lado en el que se encuentran, en el de los que sin mirar en su interior mínimamente tiran la primera piedra”, remató Orozco su segundo turno con cita bíblica bien traída.

La polémica por la exposición sigue alimentada por VOX, que en su día exigió su retirada, y el Gobierno se ha limitado a defender su nula responsabilidad sobre la misma sin ir más allá y defender el arte y la libertad artística, dejando abierta la puerta a más polémicas en este mismo sentido. Cualquier grupo de ceutíes que pudiera sentirse ofendido por el contenido de cualquier exposición de ahora en adelante, concierto, obra de teatro o cualquier otra expresión artística podrá siguiendo estos precedentes montar en cólera y exigir que se retire, suspensa y se censure esa expresión artística.

A Marcel Duchamp le exhiben hoy en el MOMA y ningún experto en arte osaría cargar contra el legado del artista. Redondo ni tan siquiera tiene la unanimidad en su punto de vista. Del mismo modo que un importante número de personas usó las redes sociales para quejarse, otros han expresado su malestar por la retirada de la muestra y la polémica generada saliendo en defensa de la libertad de arte y de expresión. Incluso a título colectivo, la Federación Andaluza de Fotografía cargó contra la retirada de la muestra. Porque la polémica ha cruzado el Estrecho y medios de muchos lugares remotos se han hecho eco de la misma. También asociaciones defensoras del laicismo han expresado un punto de vista similar.

Duchamp al que en cierto modo rinde homenaje la serie recientemente estrenada en Movistar, Bellas Artes, propició cierta revolución en el arte, convirtiendo elementos cotidianos en objetos de arte bajo la premisa de que “el arte es lo que el artista quiera que sea arte”. En el MOMA se puede ver una rueda de bici sobre un taburete. Uno de los creadores en español más reverenciados e influyentes del último medio siglo, el poeta chileno, Nicanor Parra, siguió fielmente sus postulados, los trasladó a la poesía y también a muestras artísticas, en las que por cierto, en algún caso, en sus ‘Artefactos’ jugó también con la iconografía cristiana. Tantos años después de aquello, la cuestión, la polémica sigue ahí.

Duchamp dijo también que “el arte es la expresión de la libertad absoluta” o “el arte es una forma de rebelión contra lo establecido” o “el arte es una forma de desafiar las convenciones sociales” o también “la belleza reside en la mente del espectador, no en el objeto en sí”. Esta última cita admite además la sustitución de belleza por fealdad o incluso por ofensa.

Porque la pregunta que subyace al fondo de esta polémica es si alcanza sin ninguna otra reflexión con que un grupo de personas se sienta ofendido para retirar una expresión artística. ¿Quién decide qué es arte?¿Quién decide qué se puede compartir de forma colectiva como arte?¿Quién ejerce la censura de lo que podemos consumir como arte?¿Volverán las listas de libros prohibidos? ¿Redondo pide la dimisión de la consejera de Cultura por la ofensa a los sentimientos religiosos o por no expresar su punto de vista idéntico al de VOX? ¿Caben más formas de entender la religiosidad, el arte, la política, la vida, o todos debemos pensar lo mismo?

Nicanor Parra, siempre con el humor por delante, ni tan siquiera podría haber alegado como Miradas que no pretendía ofender: Uno de sus artefactos, era un dibujo de una cruz cristiana con un gato paseando por su brazo, en lugar de INRI, en la cruz se leía “crucifiquemos este gato”, bajo la cruz “y veamos qué pasa”. El título “burla de la devoción cristiana”. Claro que Parra era muy inteligente y acostumbraba a no tomarse en serio y reírse hasta de su sombra.

¿Debería dimitir Juan Sergio Redondo? Su lógica sobre la exposición retirada de Miradas...