Siempre son interesantes las mesas redondas del Observatorio de Ceuta y Melilla, pero en esta ocasión, si se quiere, tenían un punto más de interés. No sólo por el tema elegido, las "Pretensiones marroquíes sobre Ceuta y Melilla desde una zona gris", sino por los ponentes: ningún residente en las Ciudades Autónomas. Aquello de ver como nos ven...
Y ha habido cierta autocrítica, precisamente, en aquello del relato. Carlos Echevarría, director del Observatorio, señala que "hay que empezar a cambiar, y a corregir muchas cosas. Yo mismo he escrito en ocasiones que la frontera entre España y Marruecos es de catorce kilómetros, pero eso es falso: hay dos fronteras, que no son fáciles ni lo serán nunca. No hay que hablar de territorios españoles en el norte de África, sino de España". Hay que señalar que "no se valora lo que no se conoce", advirtiendo sobre el riesgo para el futuro de ambas ciudades de que ambas sean vistas "como algo improductivo, que nos cuesta muchos dineros y generan conflictos".
Hablar, se habló claro; gusten o no las conclusiones. Y es de agradecer. Tanto Manuel Torres como Guillem Colom, ambos profesores de la Universidad sevillana Pablo de Olavide, advirtieron de que Marruecos puede estar usando a las ciudades autónomas "como peones para forzar un cambio de status quo español ante el gran pastel: el Sáhara". De hecho, incluso, "la legitimidad de la propia monarquía marroquí depende, en buena parte, del problema saharaui". Los dos son coautores del informe junto a Javier Jordán, de la UGR y Josep Baqués, de la Universidad de Barcelona..
Ambos docentes señalaron, también que, parte de esta estrategia híbrida o de zona gris supone que Marruecos tratará de obtener voluntades en España. El lobby: periodistas, líderes de opinión, políticos, hasta el objetivo de abrir un debate interno en nuestro país.
Guillem Colom, por ejemplo, señaló el reciente asunto de la piscifactoría de Chafarinas para compararlo con el conflicto de Isla Perejil: "es una cuestión de soberanía nacional, en un tema tan sensible como las aguas territoriales". Torres indicó, por su parte, que "desde hace años, Marruecos abandonó la pretensión de alcanzar la marroquinidad por métodos militares, sino a base de pequeños logros que consigan inclinar la balanza hacia sus pretensiones, desde una calculada ambigüedad".
Ninguno de los intervinientes se privó a la hora de hablar de los hechos del pasado mes de mayo como "invasión" por parte de Marruecos, con el objetivo de desestabilizar a ambas ciudades "desde la estrategia de zona gris". También se preguntó por otros tres países: Argelia, Israel y Estados Unidos. Del primero, "cualquier movimiento que haga España va a ser interpretado por Marruecos". Del segundo "Israel cada vez tiene más peso en Marruecos y las relaciones de este país con otros países de la zona son estrechos" y del tercero, pese al cambio en la administración estadounidense, "en ese país son muy de hechos consumados. Es decir, si Trump reconoció el Sáhara occidental, porque hay contratos armamentísticos, Biden no va a dar ningún paso hacia atrás". A preguntas del público, los tres señalaron, también, que Canarias "es un objetivo de Marruecos, quizá a largo plazo".
Por último, una ironía de Carlos Echevarría: "Marruecos nos ha ayudado a hacer nuestro trabajo" de difusión y conocimiento de la realidad de Ceuta y Melilla, "con los sucesos de mayo. El presidente del Gobierno hizo lo que tenía que hacer, visitar ambas ciudades, y Europa y el mundo tomaron conciencia de la situación". Eso sí: "hay mucha pedagogía que seguir haciendo, porque vamos asimilando como aceptables mensajes que no lo son. No hay que cruzar catorce kilómetros para defender Ceuta y Melilla. Ya está ahí nuestro Ejército. Marruecos tendrá que desdecirse en cuanto a su llamado 'déficit territorial', porque no es de recibo que un vecino pretenda quedarse con aquello que no es suyo", concluyó.
Por cierto, entre los presentes -posiblemente de incógnito-, Víctor Ruiz. Es el portavoz del PSOE en la Comisión de Defensa del Senado, que invitó a que la próxima presentación de un informe se realice en la Cámara Alta. "Tomamos nota, señoría", respondió el director del Observatorio. Puede volver a ver el coloquio bajo estas líneas y consultar el informe, íntegro, AQUÍ.
