Balearia reincorpora mañana el ferry 'Passió per Formentera' en la línea de interés público entre Ceuta y Algeciras con sus horarios habituales tras más de un mes de varada. La naviera ha invertido más de tres millones de euros en trabajos de mejora, tanto de la propulsión, como la habilitación de los interiores, para garantizar una mayor comodidad, fiabilidad y sostenibilidad del buque.
Durante estas semanas en los astilleros del Guadalquivir de Sevilla, la compañía marítima ha sacado a dique seco el ferry para la revisión y el mantenimiento completo de los motores, así como para la renovación integral de la obra viva del barco, lo que le permitirá optimizar los consumos y reducir un 10% las emisiones. Asimismo, ha mejorado la experiencia de los pasajeros con una amplia remodelación de los interiores y renovación de las zonas de pasaje, donde ha instalado butacas nuevas de clase superior más cómodas y reclinables. Igualmente, ha renovado la decoración y ha mejorado la tienda, la zona de cafetería y la iluminación de los salones.
"Esta inversión responde a nuestro compromiso con la calidad y la mejora continua de nuestra flota, así como a la vocación de servicio en la línea de interés público entre Ceuta y Algeciras. Además, cabe destacar que el Passió per Formentera es el barco más fiable del Estrecho, ya que garantiza cuatro servicios de transporte de pasajeros y mercancías todos los días, incluso en condiciones meteorológicas adversas", destaca el director general de Baleària, Georges Bassoul.
El ferry 'Passió per Formentera', con capacidad para 800 pasajeros y unos 100 vehículos, cuenta con diferentes acomodaciones, zona de mascotas, terraza exterior, bar y tienda de regalos, así como conexión a internet durante toda la travesía. Además, los clientes valoran notablemente la satisfacción con el buque, del cual destacan la calidad del personal a bordo, la gastronomía y la limpieza.
Su retorno supone, sin duda, una alegría para los ceutíes que dicen adiós al 'Bahama Mama', el incómodo buque que ha sustituido al Passió durante las últimas semanas y en el que los viajeros se veían obligados a embarcar y desembarcar por la bodega y cargar con sus equipajes durante varios tramos de escaleras.
