Una de las agrupaciones debutantes ha sido "El letargo", de Algeciras. La comparsa lograba un aprobado con nota, a juzgar por la reacción del público. Un grupo muy afinado, joven y con ganas de meterse al respetable en el bolsillo. Un disfraz muy logrado, unos osos con 'toque Ewook' al que aluden prácticamente en cada fase del repertorio.
El primer pasodoble compara la defensa que hacen los animales de sus compañeras y lo comparan con la lacra del maltrato: "criatura rastrera", rematan refiriéndose a los maltratadores. El segundo, de un padre que recuerda las burlas que sufrió en el colegio y teme por que su vástago sufra también bullyng.
Los cuplés: el primero, picantón, para narrar un encuentro amoroso con una osa. El segundo: si alguien les dice que tienen las uñas de Rosalía, les bailan el Yeli. Para que te lo hagan en la Plaza de los Reyes y aparecer en Isla Verde, vamos.
Un bonito forillo, aleatorio a tantas construcciones antaño esplendorosas y abandonadas en cualquier lugar de cualquier bosque. Un guiño a esa naturaleza a la que debemos, de vez en cuando, volver. Y esto último, sin tiempo a que se les marchite la frente, lo harán estos comparsistas al Revellín en más de una ocasión. Seguro.
