Devastado por una guerra civil de quince años, Mozambique es uno más de aquellos países africanos a los que solo volvemos la vista de vez en cuando y que precisa de ayuda de manera prácticamente continuada. Sin saberlo, niños de la antigua colonia portuguesa han sido objeto de una entrañable actividad, casi en el otro extremo del continente: una jornada de convivencia entre alumnos, padres y profesores con el objetivo de recaudar cuantos más fondos mejor para una escuela en una localidad mozambiqueña. El nexo de unión con Ceuta, al margen del pasado portugués, la congregación de San Agustín
El acto, en el que han participado alumnos de todos los niveles educativos, tenía no solo el objetivo de ayudar sino también de concienciar de la fortuna de vivir en un lugar como este, con las necesidades cubiertas.
El director del centro -homenajeado por sorpresa en su cuarenta cumpleaños- agradecía, también, la importante implicación de los padres.
