Muere Erik el Belga, el mayor ladrón de arte del mundo

Con sus virtudes y defectos, nadie podrá negar que René Alphonse van den Berghe, más conocido como "Erik el Belga", era un personaje de auténtica novela, de película. El considerado como mayor ladrón de arte de Europa ha muerto en la mañana de este viernes en Málaga, a los 80 años de edad. La muerte le ha sorprendido mientras se practicaba un cateterismo, y tras varios años luchando contra una penosa enfermedad. Lo ha confirmado a Ceuta Televisión su viuda, la abogada Nuria Gutiérrez de Madariaga.

Su leyenda comienza a mediados de los años sesenta, cuando comienza a desvalijar varias iglesias en Castilla y León, Aragón, Navarra y Cataluña. No lo hace solo, sino en compañía de algunas bandas locales en cada caso con las que colabora y logra mantenerse al margen de la ley. Eso sí, en cada uno de sus robos dejaba su peculiar sello: un guante blanco y una copa de champán. Su robo mejor pagado (cien millones de pesetas, unos 600.000 euros, de 1976) fue el de la Basílica de San Miguel de Aralar (Navarra). Se calcula que robó unas 6.000 obras de arte, entre cementerios, catedrales e iglesias. En su autobiografía, "Por amor al arte", contaba varias anécdotas relacionadas con estos atracos, además de confesar tener "sueños raros, tal vez por culpa de haber pasado tanto tiempo en estos sitios".

Eso no le evitó ir a la cárcel en varias ocasiones, a medida que el cerco se estrechaba sobre el. Tras varias entradas y salidas de prisión, se retiró 'del negocio' hace cuarenta años. Desde entonces, había colaborado con la Guardia Civil para desmantelar redes de venta ilegal de arte o descubrir falsificaciones. No solo era ladrón; estaba considerado como uno de los mayores expertos mundiales en arte.

Van den Berghe y Gutiérrez de Madariaga -abogada muy vinculada a Ceuta, ciudad en la que ha llevado varios casos y ha residido temporalmente- eran padres de dos hijos y residían en Marbella.