miércoles. 24.04.2024

La Policía Nacional está reconstruyendo los últimos pasos de Zouhair el Bouhdidi, el yihadista del DAESH que pretendía provocar una masacre en Sevilla inmolándose en plena Semana Santa. Los servicios de la lucha antiterrorista peinan ahora su círculo más íntimo para tratar de averiguar si contaba con colaboradores o disponía de algún tipo de infraestructura. Según han confirmado fuentes próximas a las pesquisas, el sospechoso, un estudiante de la Universidad de Sevilla de 23 años, habría facilitado a la policía marroquí los nombres de al menos cuatro conocidos que también residen en la capital hispalense.

 

El Bouhdidi fue detenido por las autoridades de Rabat poco después de llegar a Marruecos el pasado 9 de abril. Los motivos de este desplazamiento aún no están claros, pero se sospecha que hizo el viaje para despedirse de sus familiares, ante su más que segura muerte en el atentado que llevaba meses planeando.

 

Se trata de un ritual frecuente en el terrorismo yihadista. El propio imán de Ripoll, Abdelbaki es Satty, cerebro de los atentados de Barcelona de agosto de 2017, se trasladó también al reino alauita solo unos días antes de la tragedia para decirles adiós a sus hijos. Lo mismo hizo otro de los implicados, Driss Oukabir, que facilitó su documentación para alquilar las furgonetas usadas en los atentados.

 

Poco después de llegar a Marruecos, El Bouhdidi fue interceptado en una operación conjunta con la Comisaría General de Información de la Policía Nacional en la que también ha participado el Centro Nacional de Inteligencia(CNI). Según fuentes cercanas a las diligencias, el terrorista habría admitido durante su declaración que pretendía atacar la Semana Santa de Sevilla con un atentado suicida. En concreto, las pesquisas apuntan a que había decidido ejecutarlo este mismo miércoles, aunque la fecha podía haber sufrido cambios de última hora.

 

Sobre el modo en que pensaba cometerlo, su intención era hacerse detonar con una carga explosiva en medio de la multitud que sale estos días a las calles de la capital andaluza para contemplar sus famosas procesiones. Además de las víctimas que podía haber generado como consecuencia directa de la onda expansiva, el ruido de la explosión habría provocado probablemente avalanchas y estampidas con efectos puede que incluso más letales.

 

Asimismo, el detenido ha confesado a los policías marroquíes que se radicalizó consumiendo información yihadista del Estado Islámico, y que se había puesto en contacto con las redes de este grupo terrorista para perfilar los detalles del atentado. Los servicios de la lucha antiterrorista lo encuadran en la estructura del grupo, que tras la derrota sin paliativos que ha sufrido en Siria e Irak busca de forma desesperada cometer atentados en Europa para mantener así su nivel de amenaza. Este domingo, grupos de Telegram frecuentados por simpatizantes del DAESH distribuyeron precisamente un vídeo de 1.17 minutos en el que se anunciaban ataques contra la Semana Santa de España. “Pronto cumpliremos”, terminaban las imágenes, en perfecto castellano.

 

En esos mismos canales de difusión de contenidos yihadistas habría encontrado el detenido las indicaciones necesarias para elaborar un explosivo de fabricación casera, el TATP o triperóxido de triacetona, también conocido como madre de Satán, una sustancia que se elabora fácilmente con productos de perfumería y con gran poder destructivo, pero que es altamente inestable y puede generar una detonación descontrolada. Eso fue lo que le ocurrió a la célula de Alcanar, que había fabricado TATP en cantidades industriales.

 

Los agentes registraron este miércoles la casa en la que vivía, en el número 88 de la calle Ortega y Gasset del humilde barrio sevillano de Su Eminencia, en busca de material explosivo y otras pruebas. El Bouhdidi compartía techo con sus progenitores.

 

Su padre es el imán de una mezquita cercana. La inspección del inmueble concluyó sin hallazgos reseñables, aunque aún se tienen que analizar a fondo sus dispositivos electrónicos y no se descartan nuevos registros.

 

Otra de las patas clave de las pesquisas va a ser determinar quiénes formaban parte de su círculo más estrecho. Durante su declaración ante la policía marroquí, El Bouhdidi mencionó los nombres de otras cuatro personas que residirían igualmente en Sevilla. La Policía Nacional las está investigando para comprobar si tuvieron algún tipo de intervención en los planes del detenido. Curiosamente, el principal sospechoso viajó a Marruecos en compañía de otra persona. Este otro individuo habría regresado a España sin problemas este mismo lunes.

Pretendía detonar una bomba en pleno recorrido de las procesiones de Semana Santa