La cuarta interpelación de Vox ha vuelto a tener como protagonista a Marruecos y a los marroquíes, en este caso ante una interpelación en la que planteaban cuantos extranjeros son beneficiarios del Plan de Empleo y asegurando que se puede ver cruzar la frontera en dirección a nuestra ciudad a trabajadores del mismo. Unas quejas, ha asegurado Vox, que mantienen desde 2019, ya que consideran que debería desarrollarse una reestructuración de la forma en que se selecciona a los beneficiarios de este recursos, de tal forma que sean “trabajadores nacionales, empadronados y que residan en Ceuta, exigiendo como requisito el dominio del español, evitando marroquíes y españoles de DNI”. Y es que para Vox “se da preferencia proporcionalmente a los marroquíes” en el acceso a este recurso.
La encargada de dar respuesta a esta interpelación ha sido la consejera de Hacienda, Kissy Chandiramani, quien ha subrayado que “esta interpelación huele muy mal, va a lo de siempre” y es que, ha asegurado, “al final los quintacolumnistas de esta Asamblea acaban hablando de lo mismo, de Marruecos”. Una actitud que para la responsable de Hacienda, es una “obsesión” de Vox, los únicos que hablan de Marruecos, cuando lo que debería importar a los representantes de los ceutíes es “Ceuta, España y Europa”, así como sus problemas, los servicios que se les prestan y su mejora para poder desarrollar un proyecto vital en la ciudad.
En cualquier caso, ha explicado, el número de extranjeros en el Plan de Empleo es de 70, frente a los 654 del total de seleccionados. Todos ellos, ha explicado, además, son residentes en Ceuta desde hace más de dos años. Chandiramani ha explicado, también, que no tienen por qué ser marroquíes, que pueden ser de cualquier otra nacionalidad, interpelando a Vox sobre si son peores los marroquíes que los americanos.
Primero fuera de micro y después a micro abierto, el portavoz de Vox ha señalado que prefiere la inmigración proveniente de América Latina “a la marroquí, la egipcia o la tunecita” y es que, consideran desde este grupo, “no en todos los lugares del mundo se adaptan a nuestra cultura de la misma manera, ni tienen el mismo concepto del bien y del mal”.
Verdejo ha recriminado, además, al Gobierno que esos 70 puestos deberían ser para españoles, provocando la respuesta de Chandiramani para culminar el debate: “ustedes son personas que no soportan a nuestros vecinos que profesan otra religión, que es la musulmana. De verdad que este racismo da asco”.
