El director del Observatorio de Ceuta y Melilla, Carlos Echevarría, insiste en que "este es 'El momento', con mayúsculas" para una actuación decidida por parte del Gobierno español y de la Unión Europea en ambas ciudades. En una entrevista en el programa "Sin Complejos", de EsRadio, el sociólogo considera que las actuaciones de la Unión Europea "no deben ser posteriores, sino paralelas" a las intervenciones del Gobierno de España.
Echevarría ha destacado que "sigue habiendo 2.000 personas en la Ciudad de Ceuta", y ha recordado que "cuando Mohamed VI dijo que repatriaría a los menores, el mismo introdujo una coletilla: que estén identificados. Algo que no ocurre en el caso de la mayoría de los MENAS. Estos chicos se van a quedar en territorio español, con lo que tiene de reto para la Ciudad de Ceuta y el Gobierno central", vaticinó.
La reciente crisis fronteriza "ha dejado al descubierto que el comercio atípico, al que Marruecos llamaba contrabando, no era una solución de futuro para Ceuta y Melilla. Ambas ciudades tienen posibilidades no solo de diversificar su economía, sino de buscar otros campos más atractivos y duraderos", dijo tras ser pregundado por la excepción al Tratado Schengen que puede ser eliminado.
El profesor recordó que "Marruecos quiere adjudicarse como parte propia unos territorios que nunca han sido suyos", mencionando no solo a Ceuta y Melilla sino a Canarias, las aguas jurisdiccionales y las islas y peñones adyacentes. Respecto al papel de Estados Unidos, recordó que "cuando la crisis de Perejil, primero vino la respuesta del Gobierno central y luego el resto", señalando que es el Ejecutivo español el que tiene que dar el primer paso. Y esa firmeza "no solo debe darse por parte del Gobierno, sino también del resto de ciudadanos" de España.
De otra parte, Echevarría habló de que "Marruecos se envalentonó" tras el reconocimiento de su soberanía sobre el Sáhara por parte de Donald Trump. Ello suponía "un cambio en la actitud de Estados Unidos, que siempre había estado en la cuestión del Sáhara en el camino de la legalidad internacional, y así parece que está volviendo a ser. Marruecos no sólo busca aliados en cantidad, sino de calidad, y quiere forzar un cambio de postura en España, que debe seguir bajo el paragüas de la legislación internacional".
