viernes. 19.04.2024

Si hay una gestión del Gobierno de la Ciudad que ha levantado ampollas y malestar ciudadano en los últimos años es lo referido a la limpieza pública viaria y la recogida de basura. Este miércoles, la líder del Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía de Ceuta (MDyC), Fatima Hamed, ha interpelado al Ejecutivo de Vivas por el contrato. La adjudicación que explota Trace finaliza en 2023. La empresa ya ha anunciado que no solicitará la prórroga que podría pedir por contrato. Y el Gobierno este miércoles ya ha reconocido lo que se veía venir desde hace meses que no llegará a tiempo con la nueva licitación.

Pero no sólo, en la respuesta a Hamed, la consejera de Economía y Hacienda, Kissy Chandiramani, máxima responsables del contrato desde mediados de esta legislatura, ha anunciado cambios en el modelo de gestión. Y son cambios de peso:

El contrato no se licitará mediante una concesión sino como prestación de servicios. Una de las cuestiones burocráticas que ha impedido al Ejecutivo tirar de cintura para introducir cambios en el contrato con Trace que arreglaran algunos de los problemas que han ido surgiendo por el camino. Y no saldrá a concurso por 10 años, como había pasado en 2002 y en 2012, sino por 4 años con una posible prórroga de una anualidad más.

Pero más importante aún o en el mismo nivel. Hasta ahora, dentro del contrato se incluían obligaciones de renovación de maquinaria para el concesionario. En concreto la que figuraba en los pliegos del concurso que ganó trace establecía obligaciones de compra de maquinaria con cesión a la ciudad por más de 5 millones de euros. Eso ya no va a ser así más. La Ciudad asumirá la compra de ese material.

Esa novedad es responsable de que en los presupuestos de 2023 además de la partida correspondiente al servicio de limpieza viaria y recogida de basura haya otra más de 2 millones de euros destinada a la compra de maquinaria por valor de 2 millones de euros. Esos 2 millones de euro se suman a otra partida del mismo valor, otros 2 millones de euros más, para la construcción de la nueva base de limpieza en la parcela que ha cedido para tal fin a la Ciudad, la Autoridad Portuaria. Son 4 millones extras en el presupuesto que suponen un notable incremento en el coste del servicio de por sí.

Pero es que además, la partida presupuestaria con la que se paga el contrato de Trace pasa de 19 millones en 2022 a 22 millones en 2023. En principio porque esa cantidad es la que prevé el Ejecutivo que pueda costar el nuevo contrato por año o que al menos ese sea el precio de licitación, tal y como ha explicado Chandiramani. Si bien como ella misma ha indicado habrá que ver después el precio final una vez se licite en base a las bajas que introduzcan durante el concurso las diferentes empresas que concurran al mismo. “Presuponemos que vamos a gastar 22 millones, y a lo mejor resulta que quien se presente a la licitación baja y son 21 o 19 millones el precio con el que estiman que pueden cumplir con el servicio como marquen los pliegos de licitación”, ha explicado Chandiramani. “No pasa sólo con la limpieza viaria y la recogida de basura, pasa con todos los servicios: el de limpieza de los colegios, el de limpieza de edificios públicos, el del ICD de servicios en los pabellones, o pasa también con el de Hércules, las empresas se presentan con bajas que después no son capaces de asumir, al menos para el pago de las nóminas”, ha abundado Chandiramani, que sin decirlo trataba de hacer la comparativa de los problemas que han acarreado otros servicios por el incremento de los precios de materiales y combustibles, problemas que ha sufrido también Trace, pero sin llegar a los extremos de empresas como Hércules.

Chandiramani: En el pliego del nuevo contrato se ahorraban cerca de 3 millones de euros al año. Eso ha supuesto un coste en la calidad del servicio que estábamos acostumbrados. Salió a la baja y mal estructurado y lo hemos ido pagando los ciudadanos a lo largo de esta legislatura

Como sea ese precio es sensiblemente superior al actual y eso que se descarga de las obligaciones del contratista la compra de maquinaria que asume la Ciudad por 2 millones de euros anuales.

Como sea, en 2023, el Gobierno de la Ciudad prevé que lo que en 2022 costaba 19 pase a costar 26 millones de euros, un incremento de casi el 37 por ciento. En el contrato que tanto Hamed como Chandiramani han coincidido en señalar como “el más importante de cuantos presta la Ciudad”.

Chandiramani ha adelantado también que la nueva maquinaria de limpieza viaria y recogida de basura será predominantemente eléctrica y la base que albergará los garajes y talleres de los camiones estará pensada para esa nueva economía verde y circular.

Responsabilidad

Pero más allá de que la interpelación ha servido para anunciar los cambios que prevé el Ejecutivo introducir en el servicio y de antesala a lo que seguramente acabe siendo otro conflicto político entre el Gobierno y la oposición, puesto que ya se deja entrever que obligar a Trace a continuar prestando el servicio por un tiempo no saldrá por el mismo precio que ahora, dado el incremento de los costes de le energía, por ejemplo, o la actualización de salarios, la pregunta de Hamed ha buscado pedir responsabilidades al Gobierno por lo que ella ha considerado “un desastre de gestión”.

Las críticas al servicio y al nivel de limpieza en la ciudad han sido una constante desde que en febrero de 2013 comenzara a funcionar la nueva empresa en sucesión de Urbaser. Las tintas se han cargado en los medios y en la oposición y en las vecindades durante todos estos años por el nivel de limpieza de la ciudad. Y a Chandiramani no le ha quedado más remedio este miércoles que reconocer:

“El contrato de la limpieza en 2012 se adjudica en momento de especial dificultad por la crisis financiera de Europa, España y Ceuta. Dentro de esa crisis bancaria, real y efectiva, se cortaron todos los préstamos que se daban a las administraciones. El Gobierno se puso el objetivo fundamental de pasar la crisis sin despedir a nadie. Ni directa ni indirectamente. En el pliego del nuevo contrato se ahorraban cerca de 3 millones de euros al año. Eso ha supuesto un coste en la calidad del servicio que estábamos acostumbrados. Salió a la baja y mal estructurado y lo hemos ido pagando los ciudadanos a lo largo de esta legislatura”, ha reconocido Chandiramani.

Olvida la consejera que aquella crisis cogió al Gobierno de Vivas con alrededor de 100 millones impagados a empresas por encargos y servicios que en muchos casos se hacían verbalmente y que esa deuda supuso de facto la intervención de la contabilidad municipal por parte del entonces Ministro de Hacienda del Gobierno del PP, Cristóbal Montoro.

“De donde parten todos los males es del contrato inicial. Y nosotros le hemos señalado en varias ocasiones que había contradicciones. Dice que el contrato estaba mal estructurado. Lo elaboró el señor Vivas, él está encima y pendiente de ese contrato. Alguna responsabilidad tendrán, ¿no?. Son el mismo PP de entonces ahora”, le ha espetado Hamed a Chandiramani tras el reconocimiento de culpa.

Hamed ha insistido además en pedir responsabilidades por la demora en la nueva licitación: “Sabían en febrero de 2013 que el contrato acababa en febrero de 2023 y nosotros hemos venido mostrándoles preocupación por el asunto a lo largo de los últimos años con diversas inciativas”, le ha recordado Hamed a Chandiramani durante una intervención que ha tirado de hemeroteca para evidenciar las muchas veces que el Gobierno anunció soluciones al problema que después no se cumplían.

Y si no se cumplían era, según Chandiramani por la enorme complejidad administrativa que envolvía el contrato y porque por más informes que se pidieron para articular e implementar una solución al final todas las iniciativas eran inviables desde el punto de vista de la reglamentación adminitrativa. “Hemos dedicado muchas horas y muchas reuniones a buscar soluciones”, se ha defendido Chandiramani, para aún así claudicar: “no lo hemos conseguido”.

El reconocimiento de fracaso no es inocente, sienta las bases para explicar el inminente incremento de costes que supondrá el servicio uno de los más caros per cápita de todo el país a día de hoy, como medida para solucionar los problemas que se han ido generando entorno al mismo.

La polémica a buen seguro no se va a cerrar y es más que probable que se recrudezca en los próximos meses, más aún si se tiene en cuenta que a la vuelta de la esquina están las elecciones. Eso sí, Chandiramani no se ha cansado de tender el guante a Hamed y al resto de la oposición para que participen en reuniones con los técnicos en la ultimación de los pliegos del nuevo concurso y en que tengan cuánta información al respecto soliciten. “Transparencia ante todo", ha reiterado en varias ocasiones.

El Gobierno prevé sacar la maquinaria del próximo contrato de limpieza y basura