jueves. 25.04.2024

Francisco Albiñana Morán, quien fuera número 13 en la candidatura del Partido Popular en la anterior legislatura, acompañó a Javier Guerrero en la Ejecutiva inicial y permanece en la actual como superviviente a la lealtad. Dos órganos de la misma cúpula en la que algunos de sus miembros se han significado con ínfulas cargadas de egos y perversas ambiciones personales para alcanzar la cima por atajos, llevados de una impaciencia enfermiza que no se correspondía con la humildad y sencillez que debían mostrar.

En este proceloso camino político, siempre se dijo, desde el principio, que Guerrero no había contado con las personas adecuadas al embarcarse en este proyecto ilusionante para sus miembros. Si a ello unimos los episodios que se sucedieron en este difícil camino político, la situación se agravó en exceso: En julio pasado Guerrero habló de la inquina que provocaba a dos personas en rueda de prensa en su sede, el 30 de septiembre compareció en la puerta de la Comisaría de Policía Nacional para hacer públicas las presuntas coacciones a menores para imputarle supuestos falsos delitos ( que el Juzgado número 2 instruye en estos momentos), el 17 de noviembre pasado, Javier Guerrero presentó a su nueva Ejecutiva, tras una sucesión de renuncias, cuyas justificaciones más o menos creíbles, eran variopintas donde en algún caso los protagonistas atribuían su marcha a discrepancias en la dinámica interna del partido, en otros, por razones de tipo laboral y, por cuestiones sanitarias de enfermedad. Lo cierto es que en este intervalo se desencadenaron varios episodios: desde los iniciales financiadores que querían imponer a sus peones ( a quienes Javier Guerrero en plena calle les dijo que quien mandaba en el partido era él y que conllevó la retirada de apoyos económicos), a las presiones en un bufete jurídico donde se solicitaba pago como indemnización para alguno de los que huían por su abandono del partido o incluso, cuentas falsas en redes sociales suplantando la identidad de Ceuta Avanza desde donde se ironizaban sobre miembros de la formación afines al líder por integrantes de la Ejecutiva, en una muestra de escandalosa deslealtad.

Estas barriobajeras maniobras continuaron cuando, en la convocatoria para la renovación de cargos en la Ejecutiva, aquélllos que se veían fuera de la misma por su deslealtad a Javier Guerrero, al recibir la citación se dirigieron a los medios de comunicación para ponerse ellos mismos en la calle antes de que los echaran. Después vendría un comunicado anónimo que algún medio publicó, donde daban razones exculpatorias de una salida a la que buscaban justificación lógica en base a discrepancias con el líder sin que ninguno de ellos tuviera la valentía de suscribir con su identidad tal escrito.

La nueva Ejecutiva, donde la precipitación en su constitución llevó a algún neófito en política a ocupar un cargo que por preparación no le correspondía, con el paso de las semanas, aquellos días de flores y rosas, pasaron a mejor vida y surgieron los contubernios, en unos momentos críticos cuando el líder de la formación se encuentra inmerso en un proceso judicial que, de momento, le mantiene en prisión preventiva.

No se entiende que el pasado lunes 13 se convocara por sorpresa una Junta extraordinaria de la Ejecutiva al margen de la mitad de sus miembros y sin respetar los Estatutos para dos días más tarde. Precisamente por un secretario general que semanas atrás dijo que abandonaría el partido por presiones en su centro laboral que le provocaba conflicto personal; también estaba en el contubernio otro miembro que se había mostrado molesto con las grabaciones que Guerrero había hecho de conversaciones en las que se sentía presionado y no tanto con el encarcelamiento de su líder, siendo éste paladín de la entrada de Isaac Medina en el partido, así como el devenir de la tercera en discordia que presume de "tener las llaves del cortijo" y que llegó a asegurar en una conversación privada que a finales de este mes el partido estaría disuelto, que ha participado en reuniones en la cafetería Las Balsas para dar un "golpe" en la Ejecutiva y propiciar la entrada de Isaac Medina que se ha postulado como "salvador" de Ceuta Avanza y al que su líder, Javier Guerrero no quiso dar pábulo en público y mantuvo con él alguna reunión de cortesía por las malas referencias que le llegaron de este personaje que ya dio un espectáculo bochornoso en la dirección de RTVCE donde no justificó su curriculum siendo cesado por no acreditar su cualificación. Y como colofón a tantos egos y deslealtades, en la tarde del jueves en Plaza de los Reyes, José Alcalá, secretario general de Ceuta Avanza fue visto con un dirigente destacado de otra formación política local, lo que despertó no pocas suspicacias y estupor entre otros de su compañeros que todavía se mantienen fieles a Javier Guerrero.

Las ambiciones de una serie de personajes de vodevil llegados a un partido nuevo son ejemplo de codicia, demostrando con su falta de principios que merecía la pena correr el riesgo al albur de la traición. Amparados a la "sombra" de quien encabeza el proyecto, estos personajes denigran la política y se retratan ellos mismos con su mediocridad de conducta.

Una de las famosas frases de Winston Churchill es aplicable a este elenco: más vale ser útil y provechoso que ser importante, cita que se puede aplicar a múltiples circunstancias de la actualidad local, donde la gente prefiere ser importante a útil, porque llevados de su ego son capaces de la traición. Ahí radica la perversión del sistema democrático, el menos malo de los sistemas de gobierno, como dijo Churchill, porque la democracia sigue siendo mejor que el fascismo, el comunismo o las dictaduras por muy carismáticas que puedan serlo. Sin embargo, hay personajes que enturbian la democracia por sus propias ambiciones personales y se convierten en traidores. Acuden a este entorno como palanca de sus turbias aspiraciones.

Resulta penoso que en la controvertida Junta extraordinaria sin "quorum" e impugnada por tres de los siete miembros de la Ejecutiva, José Alcalá, desconcertado por la adversa situación en la que se vio atrapado, llegó a explotar diciendo que dimitía para después romper el documento e, incluso, llevado de su nerviosismo por la contrariedad de la situación en la que se vio envuelto, argumentó que él tenía dos votos, algo patético cuando nadie había delegado en él y, además, actuaba a espaldas del presidente del partido. Una escena propia de un sinsentido absurdo, donde Isaac Medina, perdió los papeles al frustrarse su entrada en la Ejecutiva, y amenazó con demandar a todos los que se oponían a su propósito fraudulento. Una historia de ambiciones que muestra la cara más desagradable de la política-ficción llevada por neófitos ansiosos de poder con pueriles artimañas y burdas conductas

Historias de una ambición a la "sombra" de Guerrero