Durante los próximos días, la OTAN celebrará su cumbre anual en Madrid, coincidiendo con el 40 aniversario de la entrada de España en la Alianza (el referéndum de 1986 fue para ratificar la permanencia de nuestro país o abandonarlo). Y con una consecuencia imprevista hace unos meses, pero que incluye a las ciudades de Ceuta y Melilla en el paraguas defensivo de la Alianza.
Eso dice, al menos, el diario El País. La guerra de Ucrania ha despertado todas las alarmas en los estados miembros de la OTAN, que debatirán un nuevo 'concepto estratégico'. En la práctica, la hoja de ruta de la Alianza para los próximos diez años. Y aquí se 'simplificará' la redacción del paraguas.
Concretamente, se va a modificar el célebre artículo 5 del Tratado de Washington de 1949. En palabras de Jess Stoltenberg, secretario general de la Alianza, para incluir "cada pulgada de territorio" de los aliados. Recordemos que en la redacción de ese artículo, se incluía la activación del concepto de solidaridad entre los aliados al territorio de los países aliados en Europa, Norteamérica, la parte asiática de Turquía, Argelia (entonces colonia bajo administración francesa) y las islas situadas al norte del trópico de Cáncer, lo que incluye a Canarias pero excluía a las Ciudades Autónomas.
Otra cosa es el refuerzo del flanco sur, pelea diplomática que ha iniciado España y que, según el diario El Mundo, no despierta especial interés en uno de los socios más poderosos de la Alianza: Estados Unidos. Washington guarda buenas relaciones con el Magreb, y quiere concentrar todos los esfuerzos de la Alianza en contener la amenaza rusa.
En los últimos meses, y sobre todo a raiz de la entrada masiva en Ceuta los días 17 y 18 de mayo de 2021, el debate sobre la mención expresa a Ceuta y Melilla en el Tratado ha vuelto a surgir. Desde el Gobierno siempre se sostuvo que no era necesario, al ser ambas ciudades parte integrante del territorio nacional de un aliado. Un debate que, de cumplirse estas previsiones, podría quedar superado antes del próximo viernes. Una consecuencia, eso sí, del mayor conflicto vivido en Europa desde la salvaje guerra que desgajó la antigua Yugoslavia.
