Marruecos ha decidido mantener cerrados los pasos fronterizos de Ceuta y Melilla al menos hasta el próximo otoño. Así lo publica este jueves el diario 'El Español' que señala, además, que esta decisión del presidente del Gobierno marroquí, tomada de forma conjunta con los ministros de Interior y Sanidad del país vecino, ya ha sido comunicada a las autoridades españolas por vía diplomática.
El objetivo de esta medida, explica el diario, no pasa solo por la lucha contra la pandemia sino por dar la puntilla definitiva al porteo, una de las principales preocupaciones del Gobierno marroquí desde el pasado verano y que de facto se encuentra suspendido desde el pasado mes de octubre en Ceuta. Este objetivo tendría además otros aparejados, como lograr que las miles de personas que se dedicaban a esta actividad abandonen las inmediaciones fronterizas y regresen a sus localidades de origen.
Lo que sí parece claro es que con esta decisión de Marruecos este año la Operación Paso del Estrecho no tendría como sedes a las dos ciudades autónomas, algo que ya estaba en duda a causa de la pandemia del coronavirus y las actuales restricciones al movimiento no solo en España, sino en el conjunto de Europa, ya que, de producirse finalmente, los viajeros marroquíes que regresan a su país de origen para pasar las vacaciones tendrían que optar por hacerlo por otras vías, como los puertos de Tanger Med o Nador.
La decisión tiene una incidencia directa, además, en otros sectores, como el de los trabajadores transfronterizos, especialmente empleadas del hogar, que ya se han visto afectados por la crisis sanitaria, y que ahora ven como a la misma le seguirá un periodo en el que continuarán sin poder acceder a sus empleos en Ceuta y Melilla.
Igualmente, esta decisión determina que las personas marroquíes que actualmente mantienen acogidas las dos ciudades por encontrarse en la calle en el momento en que se decretó el estado de Alarma tampoco podrán ser devueltas. En el caso de nuestra ciudad se trata de más de 300 personas, 202 adultos y 115 menores no tutelados por la Ciudad, que a día de hoy se encuentran acogidos en los pabellones de La Libertad, en el caso de los adultos, y Santa Amelia, en el caso de los menores.