INTEGRIDAD TERRITORIAL

Los otros 'Casos Trujillo'

Varios 'protagonistas' de esta historia.

El caso de la ex ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, es el último pero no el único de personas con cierta relevancia pública que han dudado de la españolidad de Ceuta. Algunas, incluso, acabaron reculando o modificando sus postulados. Vamos a repasar algunos nombres a continuación.

El dudoso honor de ser declarada como non grata en Ceuta lo compartirá María Antonia Trujillo con otras dos personas: el presidente de VOX, Santiago Abascal, y un ceutí, Mohamed Mohamed Alí -no confundir, pese a la coincidencia nominal,  con el ex líder de Caballas- que defendió tesis soberanistas promarroquíes. Vaya por delante que la declaración de persona 'non grata' no lleva implícita ninguna consecuencia jurídica: simplemente es hacer saber a una persona que no es bien recibida en Ceuta.

El de Trujillo puede sorprender porque, además, fue ministra del Gobierno en una época relativamente reciente. Incluso llegó a visitar Ceuta en 2008 como ministra de Vivienda para dar el impulso necesario a la construcción de viviendas en Loma Colmenar. Pero, con o sin título de persona non grata, no es la única que ha 'patinado' con respecto a Ceuta y Melilla.

Algunos casos pueden ser sorprendentes. Nos referimos a dos hombres clave en la política española de hace unas décadas: Manuel Fraga, cuyo Libro Blanco contemplaba la entrega de Melilla y la soberanía compartida con Marruecos en el caso de Ceuta y Julio Anguita. El ex coordinador general de Izquierda Unida dejaba caer a principios de los años 90 que tal vez Gibraltar debería ser española y Ceuta y Melilla estar "en otro sitio" como solución al problema del Sáhara. En honor de ambos, hay que decir que posteriormente rectificaron: la Constitución de 1978 que consagra la indivisible unidad de España y menciona expresamente a ambas ciudades autónomas para su conversión en Comunidades Autónomas lleva, entre otras, la firma del ex presidente gallego. Este no dudó en invitar tampoco a representaciones de la Ciudad Autónoma a celebraciones de distintos Años Xacobeos.  Anguita, en un giro sorprendente de los acontecimientos, llegó a convertirse en un enardecido defensor de la aplicación de la Transitoria V  a mediados de los 90. Uno de sus antecesores y, como Fraga ponente constitucional, nunca se retractó de manifestar que "aunque me digan antipatriota, no creo que Ceuta y Melilla sean territorio español". Fue en 1985 -siete años después de la aprobación de la Carta Magna- cuando Santiago Carrillo dejó esa 'perlita' para la historia.

El debate autonómico de Ceuta y Melilla generó confusiones. Fernando Morán consideró un "aventurismo" conceder estatuto a ambas ciudades, puesto que "en caso de conflicto seguirían por sus propios intereses". Se da la circunstancia de que el que fuese ministro de Exteriores con Felipe González había visitado también Ceuta algunos años antes, en esta ocasión para pedir el voto en las primeras Elecciones Europeas. Hablando de diplomacia: el ex embajador español en varios países de centroamérica, Máximo Cajal, fue partícipe de estas teorías anexionistas con un libro que se explica solo con el título: "Olivenza, Ceuta, Melilla y Gibraltar: donde empieza y acaba España".

Fuera de la política de ámbito nacional, también ha habido algunas 'meteduras de pata' en el terreno autonómico. Por ejemplo, en Cataluña; el ex vicepresidente de la Generalitat, Josep Luis Carod-Rovira, no dudó nunca de la españolidad de ambas ciudades, pero si señaló que el Gobierno no podía pretender que Cataluña tuviese el mismo tratamiento que las Ciudades Autónomas. Carod-Rovira se disculpó y en declaraciones a un medio local llegó a definir a Ceuta como un sitio de "grato recuerdo" para la lucha antifranquista en Cataluña. El motivo: según Carod, el primer libro editado en catalán durante el franquismo, "Edicions de la Negra Nit", fue impreso por un soldado catalán que hacia el servicio militar en nuestra ciudad. Bastante más explícitas fueron las Juventudes de Eusko Alkartasuna -partido fundado por el ex lehendakari Carlos Garaicoechea y hoy integrado en Bildu- que en 2007 pidieron entregar Ceuta y Melilla a cambio de la independencia del Sáhara.

También tomó el camino de la disculpa quien fuera presidente de Cataluña, José Montilla. El senador del PSC llegó a afirmar que "no hay ningún Estado que vea de buen grado su propia amputación porque España sin Cataluña no sería España, sería otra cosa. No nos engañemos: no estamos hablando de Ceuta y Melilla". Disculpas de las que también fue partícipe el entonces portavoz socialista en el Senado y hoy presidente de la Cámara Alta, Ander Gil. Montilla afirmó querer referirse, entonces, al peso territorial y económico de las dos Ciudades Autónomas y no a su pertenencia a España.

Bordeó la línea roja un curioso personaje: Domingo González Arroyo. Su nombre no es muy conocido, pero ha sido prácticamente todo en la política canaria  y en especial la lanzaroteña con varios partidos (UCD, PP, Partido Progresista Majorero y Gana Fuerteventura) desde el inicio de la Democracia; colecciona tanto carnet de partidos como condenas por prevaricación. Hace una década llegó a afirmar que los inmigrantes que entonces llegaban a Canarias en cayuco debían ser trasladados a "Ceuta y a Melilla, que para eso están".

En esta lista, muchos echarán de menos al ex vicepresidente Pablo Iglesias. Con independencia de las afinidades o rechazos que despierte, conviene aclarar que las declaraciones en las que comparaba a Ceuta y Melilla con los apéndices del cuerpo fueron un 'fake', un montaje con el perfil de Twitter del fundador de Podemos.