Tanto Comisiones Obreras como la Unión General de Trabajadores han querido mostrar su más profunda indignación y el total rechazo a la actitud que están mostrando las entidades bancarias con uno de los colectivos más perjudicados por la crisis económica producida por la pandemia del Covid-19: los trabajadores sometidos a un ERTE.
Aunque se trata de sus propios clientes, han explicado las centrales sindicales, están rechazando de manera sistemática la concesión de anticipos a estos trabajadores, actualmente desempleados, pese a que les presentan los documentos acreditativos del reconocimiento de la prestación y la cantidad que van a percibir.
En la crisis económica que se inició en 2008 y de la que muchos cientos de miles de trabajadores aún no se han recuperado, las entidades bancarias fueron rescatadas con cerca de 60.000 millones de nuestro dinero y a día de hoy se dan por perdidos y no recuperables unos 45.000 millones, han señalado desde UGT y CCOO. Mientras tanto, han recordado, los trabajadores sufrían en sus carnes un desempleo brutal, o salvajes bajadas de salarios, desahucios y toda clase de calamidades, de las cuales muchos siguen arrastrando sus consecuencias.
Que las entidades bancarias, saneadas con nuestros recursos devuelvan a la sociedad el favor de rescatarlas con esta mezquindad es cuanto menos repulsivo y demuestra el nivel moral y la calidad humana de nuestros banqueros, consideran los sindicatos. Su riesgo es cero, han señalado, y se trata de sus propios clientes que están pasando apuros económicos mientras reciben la prestación. Y pese a ser conscientes que el dinero que van a adelantar se lo va a ingresar el Estado en escasas fechas y que se trata en la mayoría de los casos de un adelanto simplemente para comer, demuestra una inhumanidad y una inmoralidad absolutamente incalificable.
Por todo ello, CCOO y UGT han tanto al presidente de la Ciudad como a la delegada del Gobierno que defiendan a sus ciudadanos, los más desfavorecidos en estos momentos por haber perdido su trabajo, de semejante tropelía. Les requieren que alcen su voz autorizada para exigirles a las entidades bancarias que atiendan estos adelantos sobre las prestaciones. Y que no toleren estas actitudes ruines y miserables, han continuado, que impiden a los desempleados cubrir sus necesidades básicas hasta el percibo de la prestación.