jueves. 28.03.2024

El diluvio universal se trata de uno de los acontecimientos más prodigiosos de los muchos registrados en el libro del Génesis, texto fundacional de la Biblia.


No obstante, la historia de una inmisericorde tempestad que arrasó por completo todo lo que encontró a su paso no es una historia exclusiva de la doctrina cristiana.


En la mitología hindú ya se tenía constancia de un fenómeno climatológico que puso fin a la vida sobre la tierra con excepción de Manu, el análogo de Noé dentro del folclore de este país del sudeste asiático.


Algo parecido se recoge en los anales de la milenaria cultura china: durante el mandato del emperador Yao, hace más de 3 milenios, se registraron aguaceros ininterrumpidos que forzaron a la población a emigrar a las más altas latitudes con tal de escapar de las preocupantes crecidas que se estaban produciendo en aquel entonces.


Las coincidencias parecen aseverar que detrás de estas parábolas y relatos clásicos, se halla una de las inundaciones más catastróficas de la antigüedad.


Existen numerosas teorías que intentan dar explicación al aparentemente mítico hecho:

Según investigaciones realizadas por la NASA, el diluvio pudo haberse producido como consecuencia directa del impacto de un meteorito, lo que explicaría las inmensas olas que sacudieron la corteza terrestre así como la capa de hielo cubrió la región norte del continente americano.


Junto a esta teoría, la otra que cuenta con más reconocimiento es la formulada por Walter Pitman y William Ryan, quienes afirman que el fenómeno del diluvio se circunscribió exclusivamente a las regiones colindantes con el Mar Negro, por aquel entonces un lago de agua dulce que sufrió las inundaciones del Mediterráneo.

Así mismo, hace ya casi una década algunos especialistas creyeron encontrar en el Monte Ararat –actual Turquía– los restos congelados de una suerte de nave de alrededor de 7,5 metros de ancho y 37,5 metros de largo. Según parece, la zona correspondería con el lugar en el que quedó encallada la famosa Arca de Noé tras haberse producido el final del diluvio.


De este modo y a pesar de que las pruebas sobre la veracidad y orígenes de este singular episodio no son concluyentes, bien podría tratarse de uno de esos casos en los que fe y ciencia marchan de la mano.

El diluvio universal: ¿realidad o mito?