viernes. 29.03.2024
SABORES DE CEUTA

Apolo: donde la tradición del “gran reserva” se marida con la frescura del verano

‘Sabores de Ceuta’ visita esta semana la Cafetería Bar ‘Apolo’ un mítico establecimiento de la ciudad en el que se marida la tradición de una larga historia llena de anécdotas y recetas con “solera”, con la frescura de los nuevos aires en los que, por ejemplo, se pueden disfrutar en su terraza. Su propietario, Daniel Lagares nos acompaña a visitarlo.

Daniel Lagares nos recibe en la Cafetería Apolo, su negocio, un local de los que más tradición tiene en Ceuta. En el que muchos ceutíes tienen anécdotas, fruto de su larga trayectoria. El secreto para seguir adelante es precisamente que ha sabido conservar esa historia de muchos años, uniéndola a la capacidad para adaptarse a los nuevos tiempos.

Una visita a este bar, es como probar un vino de “gran reserva” que conserva sus matices y su elaboración, pero en una alquimia imposible, aporta la frescura del tinto de verano, y aun así no pierde nada. Todo lo contrario, gana con los años.

Como también ganan con su continúa existencia los ceutíes que acuden al establecimiento, tanto su leal clientela como los que, de vez en cuando, pasamos por allí a tomar algo, sabiendo que, como el dios romano cuyo nombre toma, el legado de Apolo es eterno, y si no dejamos de ofrecerles nuestro cariño y visitarlo, siempre nos recibirán con el mismo agrado que ha sido y es parte de su historia.

Muestras de esa historia se pueden contemplar en una parte de la sala principal del “Apolo”, ahora con menos uso debido a las medidas de seguridad por la pandemia que reducen su aforo, en una parte en la que casi ejerce museo.

Junto a los vinos y botellas están los recuerdos, como la Cruz del Campo, réplica en miniatura de la versión real que existe en Sevilla, un “monumento” que Francisco, el padre de Daniel – fundador de la empresa -recibió como cervecero que durante 30 años sirvió ininterrumpidamente Cruzcampo. Un reconocimiento que nadie más ostenta en Ceuta.

Pero los clientes, todos los sabemos, no vienen por eso, vienen por las tapas y la comida. Tienen una cita a la 1 y media, de lunes a sábado con la paella del Apolo, una paella que dura poco, por lo que lo recomendable es acudir pronto si se quiere degustar.

Además, gracias a las recetas de esa tradición que mencionábamos antes – herencia de Daniel padre - el establecimiento ofrece tanto tapas como platos, con un sabor que ya es difícil encontrar en muchos lugares, y con el que se puede disfrutar “a cucharadas”.

Pero lo que ha sido el pulmón, que ha permitido la supervivencia del negocio, y el sostenimiento de los 7 puestos de trabajo que sustenta, ha sido la terraza, donde no solo se puede degustar toda la oferta gastronómica de la cocida del Apolo, sino que, además, en verano también tienta a los clientes con otros clásicos: “los pinchos morunos” y el “pescaito frito”.

Una mezcla de sabores que se conjugan en una receta que ha funcionado muchos años, que lo seguirá haciendo, y que estamos invitados a probar cualquier dia.

Y hablando de probar… tras probar la tapita de paella solo me resta decir, repetí dos veces, así que… ¡no se la pierdan!

Apolo: donde la tradición del “gran reserva” se marida con la frescura del verano