sábado. 20.04.2024
SABORES DE CEUTA

Mohamed El Aziri nos presenta el sabor a mar del bar 'El Camarero'

‘Sabores de Ceuta’ regresa esta semana a Benites para visitar ‘El Camarero’ y a su propietario, Mohamed El Aziri. En este paseo marítimo de la Playa Benítez y con la melodía de las olas del mar como acompañamiento, se nos ofrece el pescado recién traído del mercado y la especialidad de la casa, un plato que lleva el nombre del local, ‘El Camarero’ te permite degustar una variedad suculenta de pescados y mariscos con ese sabor a mar, que solo podemos disfrutar en Ceuta.

Mohamed El Aziri sale a recibirnos a la puerta del Camarero en Playa Benítez, y en su terraza nos invita a conocer este negocio en el que ese mar que abraza a Ceuta, es parte indispensable, y una muy sabrosa también.

Mohamed nos cuenta que comenzó con el negocio hace un año y medio, justo antes de comenzar el confinamiento, por lo que mucha gente todavía lo conoce como ‘Juan y Rosi’ que estaba ubicado en el mismo local.

 

Un año y medio muy duro, de lucha constante, de la que promete hablarnos después, puesto que lo primero, es lo primero, le acompañamos a la interior, donde el cocinero ya está preparando el plato que se convertirá en el sabor de esta semana.

Un plato con el que nos sorprenden puesto que ‘El Camarero’ – es el plato especial de la casa y por tanto tiene el mismo nombre que el negocio – apenas puede llamarse plato, y sería más correcto referirse a él como bandeja. Es una cornucopia de la abundancia que contiene, no solo un pescado grande, que puede ser sargo, voraz, dorada, u otro cualquiera, como atún rojo, al gusto del cliente, y dependiendo de la oferta del día en el mercado.

 

Un plato – bandeja, insistimos – que van preparando con verdura y marisco, mientras Mohamed nos habla de la carta. Aunque disponen de platos de carne, como presa ibérica, por citar alguna, su especialidad son los pescados, y a la vista está.

Nos referimos literalmente, puesto que el pescado se exhibe, como un espectáculo para ir cautivando la vista antes de pasar al paladar, en el expositor de la barra del local. Mohamed nos cuenta que durante todo este año el principal momento del dia del negocio ha sido el del almuerzo, porque incluso cuando se podía abrir, con el aforo reducido, había toque de queda, lo que limitaba enormemente las cenas.

Pasamos al otro mostrador donde también a la vista del cliente, están puestas las tapas que se elaboran cada día. Aunque se centran más en los almuerzos, tienen una oferta de montaditos, tapas y raciones, tanto de pescado y carne, como de ensaladas variadas, para aquellos que prefieran tomar un vino o una cerveza, acompaña de su tapa.

Junto al mostrador de las tapas, mirando hacia el mar cercano, cuyas olas no dejamos de escuchar, hay otro expositor refrigerado, que pronto se vuelve el centro de las miradas, y de la conversación, en el están todavía vivos y coleando… o “pinceando” algunos amigos, uno de ellos está destinado a ser parte del sabor de esta semana, puesto que ante nosotros seleccionan el bogavante que será parte de la bandeja del Camarero.

Mientras terminan que preparar el plato y presentarlo a la altura de la calidad de los alimentos, salimos a la terraza. Mohamed nos cuenta algo que ya nos es familiar, puesto que muchos negocios de hostelería de la ciudad han vivido las mismas circunstancias. La terraza ha sido lo único que ha permitido que el negocio salga a flote durante la pandemia.

 

Y ha sido una época dura, momento de ERES y de prescindir de personal, dice Mohamed con voz algo apesadumbrada, de tener que hacer él tres trabajos a la vez, y de depender de la ayuda familiar para seguir abiertos.

Una temporada larga y difícil, que espera que empiece a remontar, precisamente esta jornada en la que visitamos el Camarero, nos dice que ha contratado a dos personas más, señal de que el negocio empieza a remontar la ola, y que tiene perspectivas optimistas para los próximos meses, llega la temporada de verano, se acabó el toque de queda, lo que permitirá las cenas contando con más clientes, y es el momento para sacar el carbón y ponerlo en las brasas.

Nos imaginamos sentarnos en la terraza, con el arrullo del mar insisto, de fondo y disfrutando de un pescado a la brasa, con la agradable temperatura de esta estación y el clima envidiable de la ciudad… Una imaginación que puede hacerse realizad cuando quiera cada cliente, puesto que el Camarero, afortunadamente, no se va mover del sitio, de momento.

 

Y si deciden pasarse, Mohamed y sus empleados les ofrecerán poner en sus mesas ese sabor a mar que, repito, solo se puede disfrutar en Ceuta.

 

El sabor de ‘El Camarero’

Hay que destacar la cantidad, y no solo la calidad del plato que nos ofrecen. Todo un espectáculo que casi supone un menú de degustación en sí mismo. Cuando nos lo sirven, es literalmente una bandeja, una fuente llena de abundantes alimentos. El invitado principal a esta fiesta del sabor, es una dorada “oro puro”, al que acompaña para que no se sienta solo, un apetitoso bogavante, que minutos antes pugnaba por escapar del expositor. Sentimos decir que no lo consiguió, aunque siendo sinceros, no lo sentimos demasiado.

 

El plato lleva de acompañamiento almejas de carril y gambas a la plancha junto con su guarnición de verdura. Perfecto para maridarlo con algún vino, tanto un buen tinto, como un blanco fresco y apetecible.

Hasta ahora me he referido a la abundancia de lo que se nos presenta, puesto que es imposible no reaccionar cual perro de Paulov, haciéndome la boca agua ante esta promesa de sabor.

Y la promesa se cumple, tanto marisco como pescado están simplemente deliciosos, hasta tal punto que me han hecho equivocarme. Pensaba que no iba a poder terminar toda la comida, y estaba en un evidente error.

Mohamed El Aziri nos presenta el sabor a mar del bar 'El Camarero'