jueves. 25.04.2024

 

 

 

Cuentan las crónicas que su familia había caído en desgracia ante la corte portuguesa y, precisamente por eso, a Pedro de Meneses no le tembló el pulso a la hora de ofrecerse como voluntario para aquel viaje a las Indias que buscaba, 77 años antes del Descubrimiento de América, hallar una ruta alternativa que mejorara las prestaciones del comercio portugués frente al empuje de imperios como el español o británico. Una base estable desde la que buscar el otro camino hacia Oriente; tal vez el principio de lo que hoy conocemos como globalización.

 

El gran momento de Meneses llegaría, según la historia, el 2 de septiembre de 1415; aquella mítica escena en la que alza un cayado y promete bastarse con el palo que tenía en las manos para gobernar Ceuta. Su prole también dejaría nombres para la historia; aquel aguerrido guerrero portugués sería el abuelo de Beatriz de Silva y Meneses, cercana a Isabel la Católica y que nació tal día como un 17 de agosto de 1424 para fallecer, curiosamente, en 1492. El año del descubrimiento de América

 

Pero volvamos a la fecha que nos ocupa. Al 21 de agosto de hace 603 años. Hay distintas versiones; desde una toma salvaje hasta una operación militar prácticamente limpia y que apenas duró horas. Hay, como cada año, cierta controversia en torno a aquella fecha. El caso es que la del 21 de agosto de 1415, la tarde de hace algo más de seis siglos, fue una fecha de esas sin las que no se entiende la historia de Ceuta. De aquello surgiría, como muestra más vistosa, las Murallas Reales, junto a la bandera de Ceuta -similar a la de Lisboa-, el escudo -idéntico al de la Casa de Avis portuguesa, reinante en aquel momento- o el Ceitil; Ceuta tuvo el privilegio de disponer de una moneda propia que, según algunas tesis, fue también la primera de cuya circulación se tiene constancia en las Islas Canarias. Y un montón de nombres; Amaro, Sebastián o Catalina se incorporan al callejero ceutí. La historia, llena de sangre como casi siempre; Roma, Fenicia, Cartago y hasta nuestros días. Pero historia al fin y al cabo.

21 de agosto: la fecha que cambió a Ceuta