viernes. 29.03.2024
CORONAVIRUS

Características de las mascarillas de barrera que reparte el Gobierno

Los diez millones de mascarillas faciales que ha empezado a repartir el Gobierno no son quirúrgicas ni de filtro, esas que impiden la entrada de gotas o partículas en el aire que pueden contener coronavirus y utilizan los sanitarios cuando tratan a enfermos. Las que repartirá el Ejecutivo forman parte de una tercera categoría, denominada de “higiene” o “barrera”. Están pensadas para personas adultas, sanas o portadoras del virus que no tengan síntomas, y en ningún caso deben sustituir a otras medidas eficaces como el lavado de manos o el distanciamiento social.

Tal y como ha recordado este lunes ABC, la Asociación Española de Normalización publicó la semana pasada los requisitos mínimos que deben cumplir estas protecciones. Y en sus recomendaciones de uso reconoce que “responden a un nivel de rendimiento menos ambicioso” que el de las máscaras quirúrgicas (las de color verde azulado que estamos acostumbrados a ver y FFP2 o de filtro destinadas a profesionales expuestos al Covid-19). Pero aseguran que “brindan protección real, gracias a los criterios validados por casi 150 expertos.

 

El documento con las especificaciones para fabricar estos protectores faciales está accesible para todas las personas y empresas que deseen reproducirlas desde el pasado 27 de marzo. Proporciona a todos un estándar para fabricar estas máscaras de barrera y con él varias empresas españolas las han fabricado.

 

Este tipo de protector facial, fabricado de material textil, es la mejor alternativa cuando hay problemas de suministro. Aunque también hay quien duda de su eficacia. De hecho, el Centro para el Control de Enfermedades asegura que su eficacia se basa “en pruebas indirectas limitadas”.

 

Falsa sensación de seguridad

 

A la Organización Mundial de la Salud, a quién le cuesta recomendar su uso para personas sin síntomas, también le preocupa su utilización sin consejos sobre cómo utilizarlas pueda resultar incluso contraproducente. Primero porque llevarla puede producir una falsa sensación de seguridad y haga que se relajen otras medidas eficaces como el lavado de manos o el distanciamiento social.

 

Se desconoce si las mascarillas que reparte desde hoy el Gobierno van acompañadas de esas recomendaciones. Ayer el Ministerio de Sanidad no explicó, pese a la insistencia de este periódico, ni el material del que están fabricadas ni si serán reutilizables como dijo el viernes pasado el ministro de Sanidad, Salvador Illa. Tampoco si iría acompañada de instrucciones. Pero en el documento de especificaciones para fabricarlas sí se adjunta. Aquí se asegura que estas mascarillas higiénicas solo las puede utilizar una persona y preferiblemente una única vez, aunque puede hacerlo varias si la usa en periodos de tiempo muy cortos. En el caso de que el material lo permita deberá lavarse en agua caliente -recomendado a más de 60 grados centígrados- en un ciclo de lavado de al menos 30 minutos.

 

Lavarse las manos antes y después

 

Antes de ponérsela, la persona debe lavarse las manos; después sitúa las cintas a ambos lados de las orejas, baja la parte inferior a la barbilla y verifica que la cubre. Al retirarla, para evitar la contaminación, se deben seguir los siguientes pasos: lavarse las manos con agua y jabón o frotarlas con una solución hidroalcohólica. Por último, volver a lavarse las manos.

Características de las mascarillas de barrera que reparte el Gobierno