jueves. 25.04.2024

Podría parecer -requisitos reune para ello- una película de ciencia ficción, pero lo increíble es que esta historia está basada en hechos reales. Y una historia que comenzó hace casi 50 años, el 13 de octubre de 1972, a miles de metros de altura.

Sobre la cordillera andina: un avión Fairchild de la Fuerza Aérea uruguaya que transportaba al Old Christians, equipo de Rugby, y algunos familiares para una serie de partidos en Chile se estrella a 3.000 metros de altura. Muchas personas mueren en el momento del accidente, o en los días posteriores. Pero varios de ellos sobreviven.

Comienza entonces una de las historias más alucinantes  que jamás haya conocido el ser humano. Los supervivientes, primero, racionaron la comida. Y posteriormente, cortaron carne de alguno de los cadáveres para poder alimentarse  y combatir las frías temperaturas. A medida que pasan los días, la angustia les atenaza: ven pasar aviones por encima suya, que no les divisan puesto que el fuselaje del aparato estaba cubierto por la nieve.

Dos de ellos, Roberto Canessa y Fernando Parrado, deciden que si la muerte les espera, que les pille caminando. Dejan al resto del grupo y comienzan a recorrer, a pie, la cordillera andina. Dias después llegan a un valle con un río. Al frente, les parece ver a una figura humana, que no entendía lo que aquellos jóvenes desaliñados le decían. Les tiró un papel y un lapiz y estos le devolvieron una nota manuscrita en la que explicaban a ese pastor que "venimos del avión que se estrelló en los Andes". Sergio Catalán, que así se llamaba el arriero, se puso en contacto con la policía del pueblo. Estos, con la del Estado chileno. Y tras constatar que aquello no era un farol, se organizó una arriesgada operación de rescate en la que todos los que habían quedado en los Andes fueron encontrados sanos y salvos.

Parrado recordaba, en una entrevista para Ceuta Televisión en 2019, que "sobrevivimos porque ahí arriba hicimos el mejor equipo del mundo". Uruguay se echó a la calle para celebrar la llegada de esos héroes mundiales como no lo había hecho nunca el país, ni siquiera tras el triunfo en el Mundial de 1950. Y esos hombres, a día de hoy, siguen siendo amigos "casi familia".

¿Y qué fue de Sergio Catalán? Murió en 2020, a los 90 años de edad. Siempre mantuvo la amistad con aquellos jóvenes, aunque nunca les aceptó dinero. Solo algun tratamiento médico sufragado por esos muchachos que bajaron de la cima de las montañas pidiendo ayuda.

Nunca desvelaron de que cuerpos habían cortado la carne. "O lo hacíamos, o moríamos", resumía Parrado. Por cierto ¿Qué pinta Ceuta en esta historia?. Algunos de ellos decidieron darse unas vacaciones. Zerbino y el propio Parrado llegaron a nuestro país meses después, cogieron un par de motocicletas y llegaron hasta el Sáhara. Pasaron por Ceuta; Zerbino recordaba hace algunos años el "delicioso menú" servido en el extinto "Sombrero de Copa", uno de los restaurantes más recordados de la época dorada del bazar. Parrado ha vuelto a Ceuta en más ocasiones, "me encanta el Norte de África", admitía. Era el verano de 1973; en esos meses, Chile, el país al que se dirigían sufriría un cruento golpe de Estado que dio lugar a uno de los regímenes más sanguinarios, el de Augusto Pinochet, -"Allende habia destrozado Chile, y veíamos las noticias con preocupación", recordaba Nando-  del último medio siglo. Pero esa, es otra historia...

Cincuenta años del "mejor equipo del mundo"