viernes. 29.03.2024

El contacto entre humanos y medusas dejará de ser exclusivamente un fenómeno veraniego. Al menos, así lo vaticina la entidad Safe Sea, en base a lo previsto por el Centro Superior de Investigaciones Científicas. Concretamente, en los trabajos de Josep María Gili, investigador. Este afirma que "cuando los años tenían primaveras lluviosas y la temperatura del mar era más baja, las medusas costeras retrasaban sus ciclos hasta el verano y llegaban menos cantidad de oceánicas, que viven en mar abierto. Sin embargo, el cambio climático, con sus primaveras más cortas y secas y sus veranos más largos y calurosos, ha hecho que los ciclos de las medusas sean más frecuentes y numerosos. Hemos pasado de ciclos de 11 o 12 años a seis años o incluso menos”.

Para el experto, la proliferación de medusas "son una señal clara que nos devuelve el mar, y que apunta a que no le estamos tratando bien", señala el En los últimos años, la presencia de medusas en nuestras costas se ha convertido en un fenómeno recurrente que ha hecho saltar las alarmas de los expertos, ya que cada vez aparecen en un número mayor y más pronto. Si antes era considerado un fenómeno asociado al verano, los biólogos señalan que se dan las condiciones climáticas para que seamos testigos de una mayor proliferación de estos animales, aun en épocas en las que tradicionalmente no llegarían a nuestras playas. 
“Las medusas son un mensaje que nos envía el mar para que no sigamos tratándolo mal”, afirma Josep María Gili, investigador en el Departamento de Biología Marina y Oceanografía del ICM-CSIC y uno de los mayores expertos del mundo en medusas.
La entidad conservacionista explica que "veremos medusas en octubre o abril en nuestras playas.. El clima más cálido hace que la estación típica de las medusas costeras ya no sea de junio a septiembre estrictamente, sino que empiece antes y dure hasta bien entrado el otoño. En este sentido, desde Safe Sea señalan que las medusas que pueden seguir llegando a nuestras costas son de dos especies distintas. Por un lado, está la Pelagia noctiluca, también llamada medusa clavel, más pequeñas y con una alta peligrosidad; y, por otro, la Rhizostoma Luteum, con un tamaño más grande pero cuya picadura es menos peligrosa".
No es una cuestión baladí. Las medusas son considerados como "esenciales" en el ciclo alimentario, puesto que sirven de alimentos a otros animales de mayor envergadura y, a su vez, 'limpian' los fondos marinos de microorganismos. Por no hablar del perjuicio que puede suponer en ciudades como Ceuta tener plagas de medusas en abril u octubre, con tanta afición a deportes como el submarinismo, la natación o el piragüismo.

Consecuencias del cambio climático: las medusas ya no son para el verano