viernes. 29.03.2024
HISTORIA / CRIMEN DE LOS GALINDOS

El asesino no era narcotraficante ni vivía en Villajovita

En julio de 1975, los jornaleros de una de las fincas de Paradas (Sevilla) hicieron un macabro hallazgo del que todavía se sigue hablando: cinco cadáveres en el Cortijo de Los Galindos, muchos de ellos quemados y con signos de violencia. Pese a que oficialmente la Justicia dio el caso por prescrito a finales de los 90, una nueva publicación desvela que ocurrió finalmente y, de paso, desmonta una de las teorías más comunmente aceptadas: la vinculación con una red de narcotráfico radicada en Villajovita

Franco agonizaba en aquel tórrido verano de 1975. Sin embargo, España entera centró su atención en un macabro hallazgo que realizaron los jornaleros de la Finca de Los Galindos, en Paradas (Sevilla), al regresar de las labores del campo. Cinco muertos completamente calcinados, con signos de violencia, repartidos en distintos puntos del inmueble. El buhardés y varias personas más.

 

Nunca se supo, oficialmente, que ocurrió en aquella tarde sevillana. Corrió incluso el rumor de que el cura del pueblo, muerto trece años después como consecuencia de un infarto, había sido asesinado por una 'mano negra' al haber recibido bajo secreto de confesión la verdad del caso. Y como todo, surgieron leyendas negras y teorías alternativas, que iban desde rituales satánicos hasta la extrema derecha. Pero una la vincula, directamente, a nuestra ciudad.

 

Y concretamente, a la barriada de Villajovita. En 1980, el escritor sevillano Alfonso Grosso ficciona los hechos en la novela "Los invitados", finalista del Premio Planeta. En esa novela, sitúa el origen del crimen en una red de narcotráfico de hachís cuyo centro de operaciones se ubicaba en Villajovita.

 

En los últimos días, ha aparecido un nuevo libro sobre el tema. De una persona tremendamente autorizada: Juan Mateo Fernández de Córdova. Es el hijo del propietario de la finca que, casi 45 años después, desvela que su padre estaba al corriente y que el crimen de Los Galindos se debió a una operación de especulación financiera. En "Toda la verdad" (Editorial Almuzara), cree que todos los muertos eran inocentes, y está convencido de que en algún momento de su vida se ha podido cruzar con el verdadero asesino.

 

Cae así una de las vinculaciones de Ceuta con la crónica negra española. Esta es la ciudad en la que hizo la mili en la Legión "El Arropiero", en la que murió Manuel Blanco Romasanta, "El hombre lobo" o en la que pasó buena parte de su vida "El pollo Varela", uno de los implicados en el crimen de la calle Fuencarral.

El asesino no era narcotraficante ni vivía en Villajovita