viernes. 29.03.2024

Cuentan las crónicas bíblicas que, aún consternados por el fallecimiento del Mesías, algunos de sus más estrechos colaboradores tuvieron la percepción de que Jesús de Nazaret resucitaba; justo en domingo, justo al séptimo día de la semana, justo al tercer día después de su fallecimiento. Una Resurrección plasmada desde entonces en miles de lugares del mundo con misas o procesiones.

 

La de este domingo no ha sido una Pascua de Resurrección fácil. Occidente se despertaba sabiendo que casi doscientas personas han fallecido víctimas de brutales atentados terroristas en Sri Lanka precisamente mientras celebraban el regreso a la vida de Jesús, el Nazareno. Ello no empaña, aunque se comenta entre corrillos, la magnífica salida con la que la Semana Santa de Ceuta pone el punto y final hasta el próximo año.

 

El Resucitado, la cofradía más joven -no alcanza los veinte años de vida- cumple de sobra ante un público numeroso y agradecido. Es, cierto, el recorrido más sencillo y corto de toda la Semana de Pasión ceutí, pero no por ello es fácil: la del Cristo Resucitado es la última imagen que queda en la retina de cada Semana Santa. Una Semana Santa que ya apaga los varales y vuelve a poner el contador a cero. De aquí hasta dentro de casi un año -el Domingo de Ramos de 2020 será el del cinco de abril- , es momento para ese trabajo silente, diario y que pocas veces se conoce o publicita de la vida de las hermandades. Para los creyentes, es tiempo de creer en la Resurrección; tal vez consuelo para recordar no sólo al hombre más influyente de la historia, sino al familiar fallecido o, como es el caso, a los últimos muertes de la barbarie atribuida a una religión sin representar a ninguna.

El sol acompaña al Cristo Resucitado en el cierre de la Semana de Pasión