Será dificil hablar de buenas semanas en la lucha contra la COVID 19, ni siquiera de buenas noticias. Hay 44 fallecimientos que lamentar, seis de ellos en la última semana, por lo que siempre habrá que tener presente esas 44 vidas segadas por un virus del que no hace ni un año habíamos oido hablar.
Sin embargo, si es posible hablar de una cierta esperanza, de una luz entre la oscuridad, al menos si nos atenemos a los datos del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria. Ceuta empezó (ver cuadro bajo este párrafo) la semana con 572 casos en activo. Siete días después, las curaciones permiten bajar esa cifra en 108, hasta los 444.
Otro de los aspectos es el de la presión hospitalaria. La UCI sigue estando en el 100% de camas disponibles con anterioridad a la pandemia, siete. Aquí si que se ha producido un incremento: de los 35 hospitalizados de hace una semana, hemos pasado a 43, la mayoría de ellos en planta.
Estos son, pues, los números con los que Ceuta llega a la semana en la que entrarán en vigor nuevas modificaciones al albur del Estado de Alarma. Unos números que, partiendo de la base del drama personal que suponen, permiten oscilar entre el pesar y un moderado optimismo.
