miércoles. 24.04.2024
VUELTA AL COLE

Expertos recomiendan llevar a los menores a una revisión visual ante la vuelta al cole

Los expertos recomiendan llevar a los menores a una revisión visual ante el comienzo del curso escolar. Una detección a tiempo de problemas de visión permite un tratamiento más efectivo y reducir el riesgo potencial de sufrir determinadas enfermedades oculares en la edad adulta. En la miopía, que habitualmente se inicia en la infancia y empeora en los años de crecimiento del niño, la genética y el estilo de vida representan un papel crucial en su aparición y evolución. Las probabilidades indican que uno de cada dos hijos puede padecer miopía si ambos progenitores son miopes. Un bajo rendimiento escolar, en ocasiones, está asociado a dificultades de visión por lo que un reconocimiento visual antes de la vuelta al colegio es importante para detectarlas precozmente, tratarlas adecuadamente y ayudar al menor en su evolución académica.

Septiembre es sinónimo de vuelta al colegio. Más de 8 millones de alumnos, de entre 3 y 18 años, y cerca de 500.000 profesores regresan a las aulas, en medio de unas disposiciones excepcionales debido a los distintos protocolos de prevención de contagio del coronavirus. Entre las diferentes rutinas y hábitos saludables necesarios en los menores, hay una que este año especialmente sobresale: la revisión visual. Este trimestre, según César Villa, PhD en Optometría y vocal de la Sociedad Española de Optometría, “es el idóneo para que niños y jóvenes acudan a una revisión visual que permita prevenir y/o detectar problemas visuales, especialmente la miopía, que se estima que ya afecta al 20% de la población menor de 18 años”.

 

Según un estudio realizado por el Consejo General de Colegios Ópticos-Optometristas (CGCOO), el 34% de la población infantil tiene problemas de visión y tan solo 3 de cada 10 niños de menos de 7 años han acudido alguna vez a un profesional de la visión.

 

“El protagonista del retorno escolar del 2020 es el coronavirus, claramente, pero eso no puede quitar el foco de un hecho cada vez más importante: la salud visual de los niños y jóvenes. El confinamiento ha sido un reto en muchos aspectos, y sin duda lo ha sido para la visión. Una menor exposición a la luz natural, un menor uso de la visión de lejos y un aumento en el tiempo de uso de pantallas, tanto por necesidad formativa como en los momentos de ocio, han hecho que la visión se haya empleado en condiciones que con frecuencia repercuten en el rendimiento visual con un incremento de dificultades en la visión, entre ellas principalmente la miopía” ha señalado Elena García Rubio, optometrista y directora de la Clínica Instituto Nacional de Optometría.

 

El sector óptico y el oftalmológico recomiendan una revisión anual de la visión desde los tres años, que incluya una prueba de campo visual para la visión periférica y lateral y una prueba de agudeza visual, el famoso panel de letras y símbolos. “Los niños no se quejan como los adultos y los padres notan problemas de visión de sus hijos cuando son graves o ha pasado mucho tiempo. La detección temprana es fundamental porque podemos poder remedio fácilmente a problemas que en el futuro puedan provocar desprendimiento de retina, catarata o daños en la mácula, entre otras”, ha indicado el Dr. Francisco Javier Hurtado de la Clínica Oftalmológica Rementeria en Madrid. En este punto, también el CGOO destaca que hasta al 10% de los prescolares y el 25% de los escolares tiene problemas visuales.

 

Según el catedrático César Villa “se debe realizar la primera revisión visual en el primer año de vida. Después, es fundamental alrededor de los 3 años (previa al inicio de la Educación Infantil), y a los 6 años (inicio de la Educación Primaria). A partir de ahí hasta los 14 años aproximadamente una vez por año coincidiendo con el inicio del curso escolar”.

 

Actualmente, se estima que algunos casos de fracaso escolar puedan tener relación o agravarse por problemas de visión no detectados o mal compensados. Los expertos señalan, además, que muchas veces los propios padres no son conscientes de la relación existente entre algunas anomalías visuales como la miopía y el riesgo de futuros problemas de salud ocular. Según un reciente estudio realizado por YouGov en Reino Unido, los progenitores ignoran los riesgos asociados a la miopía y que incluso su progresión se puede ralentizar, a través de determinadas actuaciones. Según César Villa, de la Sociedad Española de Optometría, “existen hoy en día distintos tratamientos para tratar la evolución de la miopía como las lentes de contacto blandas de borrosidad periférica, la terapia refractiva corneal y determinados tratamientos farmacológicos específicos para el uso en niños y adolescentes. Todos ellos, ya han mostrado suficiente evidencia científica de eficacia y seguridad”.

 

“La miopía infantil, que ya afecta a uno de cada cinco niños en España, es una anomalía que no se puede erradicar, pero también es un problema visual que se puede solucionar a través de una detección temprana, un correcto tratamiento y el uso de lentes adecuadas”, ha explicado el Dr. Hurtado de la Clínica Rementeria. El ojo es un órgano que crece y se adapta a la visión que más usa la persona. Si durante el confinamiento los jóvenes han usado más la visión de cerca, muchos ahora podrían desarrollar algo de miopía. Su detección precoz permitirá el uso precoz de los tratamientos antes mencionados como las lentillas desechables diarias infantiles que pueden llegar a frenar el crecimiento de la miopía en un 59% de media.

 

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La fase de progresión rápida de la miopía suele ocurrir entre los 8-12 años, aunque a veces se adelanta a partir de los 6, cuando los menores comienzan a leer y acceder a pantallas de manera más independiente, también pueda aparecer. Hay dos factores principales que pueden incrementar el desarrollo de la miopía: la genética y el estilo de vida.

 

Cuando los dos progenitores son miopes, 1 de cada 2 hijos podría ser miope, relación que desciende hasta 1 de cada 3 cuando solo el padre o la madre lo es y 1 de cada 4 cuando ninguno de los padres es miope.1 Además, el estilo de vida actual puede influir en el desarrollo: tareas prolongadas de cerca como leer, jugar a videojuegos o dispositivos, o permanecer muchos minutos seguidos con la vista enfocada en las pantallas acrecienta el riesgo de aparición o progresión de la miopía. A ello se suma la exposición baja a la luz natural o hacer tareas con baja iluminación.

 

“Como se ve, el factor estilo de vida ha sido común para casi todos los niños españoles durante el confinamiento, razón de más para que en el inicio del curso escolar los padres se conciencien sobre la importancia de una revisión”, ha razonado García Rubio.

 

Hay diversas señales que nos deben alertar sobre el comportamiento de nuestros hijos y acudir a revisión de la visión, tales como:

 

-    Poca atención o concentración.

-    Queja por dolores de cabeza frecuente.

-    Aproximación a la televisión, libros, tablets o cualquier otro dispositivo.

-    Entrecerrar excesivamente de ojos.

-    Bajo rendimiento escolar.

-    Ojos cansados o enrojecidos.

-    Escozor de ojos.

-    Parpadeo excesivo.

-    Cierre o guiño de un ojo ocasional para ver mejor con el otro.

-    Tropiezo con facilidad o no calcula bien las distancias

-    Queja por no ver bien la pizarra o los carteles de la calle.

 

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