A alguien le molesta que a cien metros del centro comercial Parques de Ceuta, entre las calles Padre Feijóo y General Muslera, haya un contenedor de basura. Es la única conclusión que podemos sacar después de los acontecimientos vividos en las últimas jornadas: dos veces calcinado el mismo contenedor y un intento a plena luz del día. Este resultó infructuoso, por la rapida actuación y civismo de los vecinos que alertaron a los servicios de emergencia.
Pero claro: esos mismos vecinos duermen de noche. Los promotores de los hechos aislados no, o duermen menos de lo recomendable. Allá que en vez de hacer lo típico que hace la gente que sufre algún capítulo de insomnio -visitas al wc, echarle un vistazo al móvil, fumarse un cigarro, ver la televisión o contar ovejitas-, deciden quemar contenedores. Cada uno, al parecer, mata el insomnio como puede...
Eso sí: las consecuencias, para el resto. Para los vehículos estacionados junto a los contenedores, para los vecinos que duermen plácidamente y respiran humo de un contenedor ardiendo, para la propia limpieza de la ciudad, para los esfuerzos que los operarios del servicio van a tener que hacer por retirar los restos o el gasto añadido que supone reponer un contenedor detrás de otro.
En próximas horas, los vecinos de la zona volverán a tener un contenedor donde depositar la basura. Simplemente eso: un contenedor donde depositar la basura. La pregunta ¿hasta cuando?.
