Suelen venir, al menos, una vez al año a Ceuta. Se sitúan en la pista polideportiva del Polígono Virgen de África, cuyo aspecto cambian por completo durante unas cuantas horas. Proceden de distintos puntos de España: pertenecen a comunidades evangelistas de distintos territorios peninsulares y, en colaboración con sus correligionarios de Ceuta, durante unas cuantas horas realizan actividades con los niños, reparten bolsas de comida y ropa y rezan.
Pero en esta ocasión, el peregrinaje a Ceuta ha sido distinto, difícil de olvidar. "Fue impresionante. No tuvimos miedo en ningún momento, pero asusta ver como las llamas se quedaron a escasos metros de donde nos alojábamos", recordaba Benito Martínez.
Ellos se alojaron en el Complejo Rural Miguel De Luque. "Fue un milagro. Para nosotros, que somos gente de fe, la mano de Dios estuvo con nosotros. Las llamas se detuvieron justo al límite del complejo rural", cuenta.
Se han sentido tratados "maravillosamente. Cruz Roja puso en marcha un dispositivo rápidamente, y estuvimos atendidos perfectamente. No hubo problemas, solo facilidades".
Es sábado por la mañana. Es el momento para el que habían venido: "vamos a entregar ropa, bolsas de alimentos y también tenemos talleres de maquillaje y manicura, vamos a dar hamburguesas para los niños, hemos montado un castillo hinchable...", explica. Junto a el, Hernando y Ruth: el costarricense, ella argentina, que representan a las comunidades evangelistas de Ceuta. Ella señala el lema que llevan escritos en sus camisetas, "Acción más vida'. "Da fuerza", dice.