No se trata del presidente de la barriada, ni representantes políticos o sindicales, sino de una simple vecina. Simple, pero que es la síntesis del sentir del barrio por lo que sus quejas y críticas representan el sentir comunitario de los vecinos de las 317 de Loma Colmenar.
Una mujer que sale del anonimato de su vivienda, como muchos otros podrían y querrían para relatar a las cámaras cuales son las situaciones que tienen que enfrentar los vecinos diariamente. Buzones rotos, que se tambalean y donde, cuando las cartas no se mojan, es fácil acceder para robar o romper el correo, algo que ocurre frecuentemente. Meses sin agua caliente porque los calentadores no funcionan, agua que se pierde a razón de dos cubos diarios, algo que llama agua, pero que tiene un color marrón amarillento. Zonas de piedras donde juegan los niños, infestadas de pulgas.
Una rejilla metálica del suelo, que se daño hace un año y que supone un peligro para todos. Puertas de los garajes que no abre debido a que el motor no funciona y los mandos a distancia de apertura y cierre han quedado inservibles. Locales comerciales que no tienen pinta de que vayan a abrirse en algún momento, quedando vacios y desangelados.
Un relato extenso de las deficiencias con las que lidian los vecinos, que han visto sorprendidos como en la mañana de este sábado un equipo de personas acudía a limpiar la zona. Sorprendidos porque aseguran que es la segunda vez en un año que ven algo así.
Toda una serie de circunstancias que han sido denunciadas una y otra vez, tanto a título personal por algunos vecinos como por el presidente de la barriada. La única respuesta que han recibido es, según sus propias palabras, que no hay presupuesto para acometer las reparaciones.
El sentir general de los ciudadanos que viven en esta zona de Ceuta, es de abandono.