A María Jesús Fuente nadie ha tenido que convencerla de no usar su teléfono móvil en clase. Ella misma lo tiene apagado o en silencio en las horas en que da clases de Literatura a sus alumnos del IES 'Siete Colinas'. Por tanto, el pasado viernes vivió una escena cada vez menos usual: alguien de la secretaría del centro interrumpió su clase para decirle que tenía una llamada urgente de Sanidad. "Iba pensando que no tenía nada que ver con Sanidad. Iba intrigada para saber qué pasaba", admite. Cuando descolgó el teléfono, quien estaba al otro lado del aparato era la consejera del área, Nabila Benzina, que le comunicó que se le había concedido el Premio María de Eza 2024. "Yo nunca había hablado con esta mujer, y me sentí enormemente agradecida. Eso si, luego me tuve que sentar unos segundos en una silla para digerir lo que me acababa de decir".
En la primera persona en que pensó fue, precisamente "en María de Eza, a quien creo que no conocemos lo suficientemente bien, pero debió ser una mujer muy interesante". Recordemos: María de Eza era la esposa de Juan de Noroña, gobernador portugués de la época. Casada con Alonso de Noroña, quien mandaba en Ceuta para la corona portuguesa, este tuvo que hacerse cargo del virreinato de la India, por lo que María de Eza quedó como gobernadora de la ciudad. La primera mujer con mando oficial en plaza hasta que en 1994 la fallecida Carmen Cerdeira se puso al frente de la Delegación del Gobierno. "Ya tuvo que ser una adelantada, puesto que transcurrieron más de trescientos años", reflexiona.
Cuando alguien recibe un premio, lo lógico es dar un discurso de agradecimiento. "Yo le pregunté a doña Nabila en qué iba a consistir el acto. Me dijo que sería el 8 de marzo y que tendría que dar unas palabras. Lógicamente, algo he pensado ya, aunque soy muy de dejarme llevar por las emociones, de improvisar en ese momento", advierte.
Sobre el papel de la mujer en la literatura "es cierto que en los últimos años gana visibilidad, pero hay tantos casos de mujeres, de grandes autoras que han sido olvidadas a lo largo de los tiempos...". De esto habla de vez en cuando con sus alumnos, y les pone algún ejemplo. Uno clásico, en España: el de Cecilia Bohl de Fahber, que firmaba sus obras como Fernán Caballero. Un caso curioso, puesto que su literatura era claramente antiliberal y no se posicionaba rotundamente a favor de la emancipación femenina. "El de Cecilia es un caso que hemos comentado en más de una ocasión, para preguntarle a mis alumnos en clase por qué creen que lo haría".
Pero sobre todo esta poetisa (o poeta: como prefieran) de prestigio no solo en Ceuta sino a nivel nacional, recomienda algo a sus estudiantes. "Que lean. Que lean lo que quieran, a hombres o mujeres, pero que lean. Una sociedad que lee es una sociedad abierta, consicente de sus derechos". Y surge en la conversación un ejemplo clásico: no hay una sola dictadura ni movimiento extremista que se precie que no tenga, al menos, una buena cantidad de libros quemados o prohibidos. "Señal del poder de la literatura", señala...
