Patadas y puñetazos. Ese fue el recibimiento que tuvo el personal del 061 cuando atendieron, este miércoles a las 7 de la tarde, una llamada en su ambulancia. El equipo estaba formado por un médico, una enfermera, un técnico de transporte sanitario además del conductor, que vieron peligrar seriamente su integridad física.
INGESA ha pedido también unión a toda la sociedad, en la condena de este tipo de acciones que atenta gravemente contra la vida de los profesionales agredidos, mientras que quieren incentivar a los afectados a presentar denuncias en todos los casos en los que ocurra.
El objetivo, aunque difícil, es lograr la tasa cero de agresiones y en ese sentido INGESA ha asegurado que va adaptando el protocolo de seguridad ante una realidad que sufren otros profesionales como policías y bomberos.
Ante la demanda de mayores medidas de seguridad para los servicios sanitarios que se prestan fuera de los centros, el director Territorial de INGESA ha señalado que los servicios de especial atención ya cuentan con escolta policíal, pero no es viable contar con protección las 24 horas, en todos los servicios.
La consigna en la concentración de celebrada en el Hospital Universitario, que ha tenido sus replicas en los paros de todos los centros sanitarios de la ciudad, ha sido: “Frente a las agresiones al personal sanitario, tolerancia cero”.
