Hace años el cáncer dejó de ser una "maldita enfermedad", un "bicho" o una "cosita" para descubrirse ante la sociedad con crudeza, sin ambages ni circunloquios. La sociedad madura, pero las personas que con una cierta notoriedad social han luchado contra esta enfermedad lucharon contra el estigma en primera persona han contribuido a naturalizar la dolencia. Hay innumerables casos; también el de personas que desde la cama de un hospital se han convertido en auténticos símbolos de la lucha en contra del cáncer y a favor de la investigación. Y siempre con una fuerza y un optimismo que parecen impropios de quien ven la muerte de cerca a edades imperdonablemente tempranas.
Una de ellas es Elena Huelva. Influencer, en el mejor sentido de la palabra, fallecida este martes a los 20 años. Con sensibilidad,dosis de realidad y hasta de humor, su cuenta de instagram ha sido desde 2019 un diario de la lucha contra el cáncer, un grito en favor de la investigación, un espejo al que asomarnos los demás cuando nos agobiemos por cosas que, en efecto, pueden ser nimias en comparación con luchas titánicas como las de ella contra un linfoma de Ewing.
Su familia lo ha anunciado: "Elena os mira y baila desde su estrella", en la misma cuenta que se había convertido en una ventana para mirar al mundo desde una habitación de hospital y a una habitación de hospital desde el resto del mundo. Famosos como Manuel Carrasco, Malú, Ana Obregón, Paula Echevarría, Eva González... Y miles de personas pendientes de cualquier gesto, cualquier fotografía, cualquier señal de Elena. Los peores presagios se avecinaban anoche: "Os quiero...", fue su último mensaje, tras una serie de días contando, serenamente, que las cosas no iban bien.
Es Elena Huelva, como fueron Pablo Ráez, Alex Lequio o Jesús Candel "Spiriman". Fue Manolo Santander, cantando en su última final del Falla a esa "cosita, y a que por muchas cosas malas que tenga la vida, tiene más bonitas".Fueron tantos y tantos... Es Albert Espinosa, que ha hecho de su enfermedad un modo de superarse y el camino de una literatura tremendamente recomendable para darnos una bofetada de verdades y sonrisas a través de sus "pulseras naranjas". Pero hoy, una mujer joven, casi una niña y de aspecto frágil ha partido hacia "la estrella infinita", como dicen sus familiares. Lo hace dejando un legado incalculable: el de la valentía, el de la sinceridad, el de aferrarse a las ganas de vivir, con un hashtag, #misganasganan convertido en un lema para las plantas de oncología de todo el mundo. Y han sido tantas personas, desde el anonimato, en la esquina de cada barrio dando lecciones de entereza y coraje a todo aquel que quisiera abrir los ojos y la mente.
Elena Huelva se nos ha ido. Pero la lucha contra el cáncer ha ganado una heroína, un nombre más por el que brindar mirando al infinito cuando, al fin, la maldita enfermedad sea cosa del pasado. Descanse en paz.
