Desde hace años, la enfermedad del Parkinson atenazaba a un actor de presencia imponente, de dicción perfecta, de esos que antes que ser estrella del cine pasó por el teatro, que nunca abandonó. Ramiro Oliveros ha muerto hoy, a la edad de 82 años de edad. Conocido tanto por su vida personal -era viudo de Concha Márquez Piquer- como por su dilatada trayectoria personal, nos vamos a quedar, sin embargo, con uno que le une a nuestra ciudad para siempre.
En concreto, con una película: Novios de la Muerte. Una película en la que le tocó hacer el papel más complicado, cuentan los actores, y a la par codiciado: el de 'malo'. No creemos que vayamos casi medio siglo después de su rodaje a destripar la trama, pero la recordamos (atención, spoilers). Un hombre, traicionado por su mejor amigo, sale de la cárcel. Deseoso de vengarse de quien le ha robado tanto a su prometida, Helga Liné, como quien le ha quitado el negocio que tenía a medias, parte a su búsqueda. Tras sus indagaciones, descubre que está en Ceuta, en la Legión, y a la ciudad que se viene para enrolarse en el carismático cuerpo. Sin embargo, y como podrán imaginarse, su paso tanto por la Legión como por Ceuta no le dejan indiferentes.
El era el 'amigo traicionero'. El deseoso de venganza un casi vecino nuestro, el sanroqueño Juan Luis Galiardo. Y la película fue un éxito en la España de la época. Como muestra, un curioso fragmento de la hemeroteca de RTVE. Un festival de cine castrense en Albacete, donde se presentó la película con varias autoridades militares. Entre ellas, alguien que fue comandante general de Ceuta antes de entrar en la historia de España por su papel como vicepresidente del Gobierno y ministro de Defensa en los años de esa transición en la que fue un protagonista principal: Manuel Gutiérrez Mellado .
