Queramos o no, nos guste o no, lo cierto es que hoy tenemos un instrumento bastante efectivo a la hora de saber qué preocupa a los españoles. O, en ocasiones, que les entretiene (tanto monta, monta tanto) en unos meses como los del verano que suelen ser de escasa tensión informativa y de pleno desanso vacacional. No es que si no se comparte en redes no existe o no es importante, pero lo cierto es que a través de las RRSS nos podemos imaginar, árbitros de la última jornada al margen, de qué habla un país en el café de por la mañana.
Y en los útlimos tiempos, España habla de amor. No es que seamos el país más fraterno de la historia -si lo analizamos bien, vamos a guerra civil por siglo- ni que nos hayamos vuelto más propensos al encuentro íntimofraternal después de que medio mundo descubriese una belleza llamada el 'Hymne a l'amour' de un monumento llamado Edith Piaff. (Este ha sido un verano olímpico: salmorejo, ,sandía fresquita y lucha grecorromana a las tres de la tarde) El amor, según las redes, está en el Mercadona.
La historia parte de un experimento realizado por dos usuarias de redes sociales que han llegado a la conclusión, sin más tesis científicas que lo avale, de que la mejor manera de encontrar nuestra media naranja es comprando piña en el Mercadona a las siete de la tarde. Generalmente los sábados: solteros, viudos, divorciados (añádanle, si quieren, las as y es neolingüisticas) y demás hierbas tienen una ocasión propicia de poner fin a su soledad entre el pasillo de la fruta y el de los frutos secos. Con un elemento fundamental: si quieren compartir compra luego, hay que comprar piña, ponerla en determinada posición y en un carrito, claro. Que luego me van con la bolsa de tela y no resulta el asunto.
Al margen de infinidad de memes -junto al aceite de oliva y el jamón el elemento más producido en España-, ¿ha tenido como efecto la campañita de la piña que haya menos de estos frutos y más asistencia de tortolitos/as/es?. En el caso de Ceuta, no. Desde el grupo Mercadona se nos dice que "ni hemos tenido un aumento de afluencia al respecto, ni hemos tenido un mayor incremento de ventas. Puede que haya habido algo más de público en esas horas, por motivos como el calor y la playa, o porque coincide con el final de la jornada laboral, pero nada extraordinario". Las piñas "tomamos como referencia los pedidos, y apenas una o dos más. Nada llamativo", nos cuentan. Lo que si admiten es que "esto es completamente ajeno a nosotros, pero llevamos una semana que no se habla de otra cosa. Ha sido como una ola".
Así pues, Ceuta, esa ciudad tan romántica que se come los corazones con mayonesa y que tiene por entrada y salida un crucero por el Estrecho, no se suma a la moda de la piña del amor. Pero desde luego, el asunto ha dado para muchas risas. Y memes. Por ejemplo: a auténticos y reales latin lovers comprando en Mercadona:
También la imaginación de los internautas sirve para recolocar a algunos políticos:
O para gustos, colores. Las hay que prefieren tentar a Cupido en ambientes más selectos....
O quienes piden mirarse al espejo y un poquito de realismo...
El caso es que si pretenden poner fin a su soledad, no desistan. Ya lo cantaba el australiano John Paul Young: Love is in the air. El amor está en el aire. O en la pescadería, al lado del pasillo de los congelados, que nunca se sabe....