miércoles. 24.04.2024
GUERRA EN UCRANIA

Oksana Berezhna: la niña ucraniana que encontró una familia en Ceuta y hoy permanece en Jarkov

Desde los 9 hasta los 18 años, Oksana Berezhna fue cada verano y cada Navidad una ceutí más. La pequeña era una de las menores acogidas por familias ceutíes y hoy vive en primera persona el ataque ruso sobre Ucrania. Su madre de acogida, Maribel Lorente, vive desde esta madrugada con el corazón encogido, pensando en cómo estará su hija, que ya tiene hoy 26 años y 3 hijos, y su familia ucraniana.

 

El estallido de la Guerra en Ucrania, ante la invasión rusa, puede parecer algo que queda muy lejos de nuestra ciudad, sin embargo toca muy de cerca a varias familias ceutíes, que durante años, acogieron a niños ucranianos, tanto en verano como en Navidad, y que este jueves sufren en primera persona la preocupación por no saber qué va a ser de ellos en medio de este conflicto.

 

Es el caso de Maribel Lorente que durante 9 años acogió a Oksana. “Mi hija – como la siente- vino por primera vez con 8 o 9 años y estuvo volviendo hasta que cumplió 18”. Ahora, nos explica, hace en torno a 7 años que no viene a Ceuta pero el contacto sigue siendo diario. De hecho, explica Lorente, esta madrugada, en cuanto se han iniciado los ataques rusos, le ha escrito un whatsapp para contarle lo que estaba sucediendo y durante el resto del día la comunicación ha sido constante, aunque la conexión a internet, señala, está fallando.

 

Oksana vive en las inmediaciones de Jarkov, la segunda ciudad más grande del país, y no está sola. A sus 26 años, nos cuenta Lorente, vive con su marido y sus tres hijos, “una de ellas se llama como yo”, relata emocionada, además de con su abuela, de 85 años.

Oksana y su familia cuentan con bastantes alimentos y agua, ya que han ido haciendo acopio a lo largo de las últimas semanas, y se encuentran refugiados en su casa. Su idea es pasar la noche todos juntos, en la misma habitación, después de haber tapiado las ventajas de su casa con lo que tenían a mano, con el fin de evitar el peligro que se cierne sobre ellos, especialmente ante el temor de nuevos bombardeos.

 

Durante la noche, además, se ha establecido el toque de queda, por lo que no pueden salir de su vivienda, en la que permanecerán hasta que llegue el nuevo día. Aquí, su familia ceutí no puede sacarse la angustia de encima. Así lo reconoce Maribel, que no puede apartar su mente de lo que sucede a miles de kilómetros, al otro lado de Europa.

 

Respecto a la posibilidad de que salgan del país, Lorente nos cuenta que no podrán hacerlo en avión, sino que, de decidirse finalmente, tendrían que hacerlo a través de la frontera con Polonia. Algo, continúa, que aún no han decidido porque la abuela no quiere abandonar Ucrania.

 

Como la de Maribel Lorente, dos familias más mantienen contacto con aquellos niños que acogían en nuestra ciudad, pero son muchas más las que han estado vinculadas con ellos. Cada año, hasta una veintena de menores ucranianos recalaba en Ceuta. Hoy todos ellos están en sus pensamientos.

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