jueves. 25.04.2024

La ONG ha explicado que la niña nació el 2 de enero de 2019 en Martil (Marruecos), a unos 35 kilómetros de la frontera ceutí. “La familia vio enseguida que algo le pasaba”, y padre e hija se fueron a vivir a Ceuta, dejando atrás a la madre y al resto de hermanos. Su esperanza era reagruparse pronto, prosiguen, pero “en Ceuta, las cosas no fueron como esperaban”.

Han asegurado que “conseguir trabajo, acceder a una vivienda y empadronarse resultan misión imposible para las personas en situación irregular en Ceuta, y “alguien les dijo que en la Península era más fácil”. Por este motivo, ambos se trasladaron a Jerez de la Frontera, donde una parroquia les permitió vivir y así pudieron empadronarse.

El padre consiguió en marzo la residencia no lucrativa y, de este modo, su niña fue valorada en un centro base y obtuvo el certificado de discapacidad, que reconocía sus necesidades específicas y le daba derecho a recibir atención.

Hace unos meses tuvieron que abandonar la parroquia y volvieron a Ceuta, dónde al padre le habían ofrecido un trabajo, pero, según su abogada, “les están poniendo mil obstáculos para conseguir empadronarse”.

El problema, continúa, es que “sin el padrón, la niña no puede ser atendida ni en una guardería ni por los servicios sociales”. “Y eso pese a la documentación que presenta”.

Y la situación se encadena, como no tiene con quien dejarla, el padre aún no ha empezado a trabajar en la panadería que iba a contratarlo, por lo que la posibilidad de alquilar y asumir el pago de recibos (importantes para el empadronamiento) “parece muy lejana”.

No Name Kitchen les ha conseguido un piso que, señala, "ya han visitado responsables del Ayuntamiento", pero de momento, siguen a la espera. Desde la asociación Síndrome de Down de Ceuta les piden el padrón y lo mismo ocurre con otras entidades. Hasta la fecha, solo Cruz Roja les ha facilitado un cheque de alimentos.

A juicio de la ONG, todo esto se debe a los problemas que tanto Ceuta como Melilla “ponen a los migrantes para cualquier trámite con la Administración, siempre con el argumento “de evitar el supuesto efecto llamada”. Las consecuencias de esta inacción “parecen no importar”, apuntan, pero mientras todo se resuelve, una niña con una discapacidad acreditada no recibe ninguna atención y a su familia nadie la ayuda. "Están más solos que nunca en Navidad".

Una ONG denuncia ante el Defensor del Pueblo la "desatención en Ceuta de una niña con...