viernes. 29.03.2024

La vacuna de Pfizer es la más efectiva – un 95% -  pero también la más difícil de transportar, lo que complica su distribución en todo el mundo. La compañía preparará paquetes con los viales que irán rodeados de hielo seco para garantizar una temperatura de -80 grados centígrados. Una vez que se descongele, solo podrá permanecer cinco días estable en un refrigerador antes de perder todas sus propiedades. A temperatura ambiente deja de ser eficaz en apenas dos horas de exposición.

 

La solución propuesta por la farmacéutica es la creación de una vacuna en polvo.

 

Esta nueva versión liofilizada del antígeno pondría fin al gran hándicap para distribuir la vacuna más completa del mercado internacional, que ha alcanzado una efectividad del 95% en sus ensayos con humanos. Por encima, incluso, de la de Moderna que ha demostrado ser eficaz en el 94,5% de las ocasiones.

 

El proceso de liofilización permite eliminar el agua de un producto farmacéutico, un procedimiento común en la fabricación de otro tipo de vacunas. Sin embargo, todavía es necesario llevar a cabo una extensa investigación para lograr realizar con éxito el proceso en un antígeno completamente nuevo como el de la COVID-19.

 

Desarrollar una vacuna en polvo implicaría además volver a realizar un ensayo de fase tres con decenas de miles de voluntarios para poder comprobar si es igual de efectiva que la inyección convencional. Un requisito que condena a esta vacuna a retrasarse en el tiempo y a enmarcarse dentro de la segunda generación de antígeno.

Pfizer distribuirá su vacuna en polvo, para evitar los problemas con la temperatura