El mar, en su inmensidad y misterio, a veces nos concede pequeños milagros que desafían las estadísticas y la lógica. Este es el caso del reciente rescate de los trabajadores de la Almadraba de un macho adulto de tortuga marina transportado al Centro de Estudios y Conservación de Animales Marinos (CECAM) en Ceuta. Se trata de un ejemplar excepcional, completamente desarrollado y maduro sexualmente, cuyo peso se estima en más de 100 kilos. Una verdadera joya de la naturaleza.
La importancia de este hallazgo no puede subestimarse. En un mundo donde el número de machos reproductores de esta especie se encuentra peligrosamente reducido, topar con un espécimen así es un evento extraordinario. Tan significativo es este descubrimiento que se ha recomendado ponerlo en conocimiento del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) y del Oceanográfico. La posibilidad de colocarle un transmisor satelital está sobre la mesa, una herramienta que permitiría seguir sus movimientos y aprender más sobre el comportamiento de estos esquivos animales en su entorno natural.
La temporada de apareamiento ha finalizado, lo que significa que no hay urgencia en devolverlo al mar de inmediato. Esto abre la puerta a la posibilidad de que Ceuta, si contara con un Centro de Recuperación en condiciones adecuadas, pudiera incluso considerar su uso como semental. Un tanque de gran tamaño permitiría intentar el apareamiento en cautividad, algo inédito hasta la fecha, y cubrir así a las hembras que sean recuperadas en las próximas temporadas, con la correspondiente autorización del MITECO.
Sin embargo, este caso también pone de relieve una problemática que los defensores del medio ambiente en Ceuta vienen denunciando desde hace años: la falta de un centro de recuperación en la ciudad. A pesar de los continuos esfuerzos y solicitudes, no se les ha facilitado ni el espacio ni los fondos necesarios para llevar a cabo esta crucial labor de conservación. Un centro de estas características no solo permitiría la recuperación y eventual reintroducción de especies en peligro, sino que también podría ser un bastión de esperanza para la preservación de la biodiversidad marina en la región.
Este rescate no es solo un éxito aislado, sino un recordatorio del frágil equilibrio en el que se encuentran nuestras especies marinas y de la responsabilidad que tenemos de protegerlas. El macho rescatado es un símbolo de lo que aún puede salvarse, pero también de lo que está en juego si no se actúa con la rapidez y determinación que la situación exige.
Vídeo cedido por Juan Carlos Rivas
