Que el general Fernando Rocha y Castilla es una persona querida en Ceuta, su ciudad natal, por su buen hacer y su sencillez en el trato es algo sabido. Pero que dos semanas después de pasar a la reserva siga recibiendo homenajes no es algo que suela ser muy habitual, siquiera en una ciudad donde la vida militar y civil está tan mezclada que apenas se distingue, en muchas ocasiones, donde empieza una y acaba la otra.
El último homenaje ha tenido lugar en la tarde de este lunes. En un lugar especial, como es la Antigua Estación del Ferrocarril. el general recibió el cariño de la Hermandad El Ángulo -que engloba a antiguos regulares y descendientes de quienes lo fueron- o el Centro Cultural Al Idrissi.
Es el coro de la entidad religiosda el que ameniza un acto sencillo y rápido, que cuenta con la presencia del presidente de la Ciudad, Juan Vivas, varios miembros de su Gobierno o el comandante general, Marcos Llago, recientemente galardonado con la Medalla de la Autonomía. También hay representantes de grupos de la Asamblea, como el PSOE. Pero sobre todo, gente que sin uniforme ha tratado, y mucho, a Rocha durante años tanto en la 2 jefatura de la Comandancia General como en un cuartel y un barrio que imprimen carácter: Regulares y Hadú.
Se le entrega ("lo guardaré en lugar de honor", promete) un cuadro que recuerda al Tabor que mandó un par de años: Regulares no es sólo el cuerpo con más distinciones del Ejército español sino que, posiblemente, tenga uno de los cuarteles más bonitos de todas las Fuerzas Armadas. Y hace una interesante reflexión sobre la Asociación Al Idrissi, su enseñanza de las tradiciones y del árabe clásico más allá de la dariya. "Ojalá algún día todos lo aprendamos", desea quien se compromete a ser un "fiel embajador de Ceuta allá donde vaya", y que durante algún momento del breve discurso interpela a los regulares. "Fiel Regular" "Hasta morir", responden instintivamente muchos de los presentes.
Para finalizar, te y pastas, junto a la locomotora que un día fue nexo de unión entre el Puerto de Ceuta y Tetuán, ciudad que da nombre al tabor de esos Regulares que, en muchos casos, nacieron en sus calles. La historia de Ceuta que enseña algunas de sus esencias más sentimentales en homenaje a un hombre cuyo destino aún es incierto. Pero que parece recibir tanto cariño por hacer buena la enseñanza de otro militar. "En la raíz de nuestra civilización, está la libertad de cada persona de pensamiento, de creencia, de opinión, de trabajo, de ocio", dijo el primero general y después presidente francés, Charles De Gaulle.