viernes. 29.03.2024

La Consejería de Sanidad, Consumo y Gobernación, en colaboración con el Ministerio de Sanidad, ha activado el protocolo previsto en el Plan Nacional de Actuaciones Preventivas por Bajas Temperaturas con el objetivo de reducir el impacto sobre la salud de la población asociado a bajas temperaturas. 

Así, en el marco de este Plan que, con carácter general, se puso en marcha el 1 de diciembre y que permanecerá en vigor hasta el 31 de marzo de cada temporada, la Consejería de Sanidad ha recibido un aviso de alerta 1 para el próximo jueves, día 19, jornada en la que se prevé una temperatura mínima de 8,4 grados centígrados. 

Además de las personas mayores, los grupos de población más vulnerables a las bajas temperaturas son las personas sin hogar y las que sufren pobreza o bajo estatus económico, en especial cuando esta se manifiesta en la forma de pobreza energética, así como los migrantes en situación de precariedad; las personas con enfermedades crónicas susceptibles de ser agravadas en situaciones de estrés prolongado; mujeres gestantes; recién nacidos y lactantes; personas que toman medicamentos que pueden potenciar los síntomas ligados al frío; personas con movilidad reducida, desnutridas, con agotamiento físico o casos de intoxicación etílica; personas que trabajan al aire libre; o las que practican deportes al aire libre en zonas frías.

Por ese motivo, el departamento que dirige Alberto Gaitán recuerda las nueve recomendaciones generales para prevenir los efectos del frío sobre la salud. En concreto:

- En el exterior es conveniente respirar por la nariz y no por la boca, ya que el aire se calienta al pasar por las fosas nasales y así disminuye el frío que llega a los pulmones.

- Extremar la precaución en caso de hielo en las calles. Un elevado porcentaje de lesiones relacionadas con el frío tiene que ver con caídas al resbalar sobre placas de hielo. Si es posible, es conveniente usar calzado antideslizante.

 - Conviene saber que varias capas de ropa fina protegen más que una sola gruesa, al formar cámaras de aire aislante entre ellas.

 - Si utiliza braseros en casa o chimenea, es conveniente ventilar la estancia con frecuencia para evitar la acumulación de CO2. Ventilar la casa al menos dos veces al día, durante 15 minutos cada una de las veces, para asegurar la renovación del aire.

- No tomar medicamentos sin receta médica, porque algunos medicamentos precipitan los problemas derivados de la exposición al frío.

- Tomar una alimentación variada, y consumir diariamente fruta. Beber líquidos, sobre todo agua y bebidas calientes.

-Mantenerse siempre bien informado sobre las previsiones meteorológicas antes de salir de casa.
Aunque cualquier persona puede sufrir un problema relacionado con las bajas temperaturas, procurar prestar mayor atención a las personas que puedan estar en situación de vulnerabilidad ante el frío. En caso necesario, contactar con un profesional sanitario.

El frío intenso afecta negativamente a la salud, aunque solo en casos muy extremos se producen efectos como la hipotermia o la congelación, tal y como recoge el documento. Lo que es más frecuente es el sobre estrés del organismo, que puede dar lugar a una descompensación orgánica que agrava enfermedades crónicas en población vulnerable.

También se producen más accidentes de tráfico y caídas por placas de hielo, así como incendios e intoxicaciones por monóxido de carbono a partir de estufas de gas o braseros.

En todo caso, los efectos de las bajas temperaturas no suelen ocurrir de una forma tan aguda y repentina como en el caso de las altas temperaturas. El plan señala que es un factor de riesgo ambiental que debe ser tenido en cuenta y cuyos impactos en salud pueden ser incluso superiores a los del calor extremo.

Sanidad activa el protocolo de prevención ante el aviso por bajas temperaturas