Joan Manuel Serrat ha recogido este jueves el Premio Convivencia en un acto que se ha desarrollado en el Auditorio del Revellín. Visiblemente emocionado, el cantautor ha querido agradecer la oportunidad de retornar a Ceuta, una ciudad que “es lo suficientemente bella y hospitalaria para que todos en ella nos sintamos uno más”. Serrat se ha confesado un privilegado por haberse dedicado toda su vida a un oficio que le hace feliz, y es que, a pesar de estar retirado, nunca dejará de hablar en presente de la música, ha explicado, porque “mi vida ha sido muy feliz en este oficio de escribir canciones”.
Pero esta no era una noche para hablar solo de música, sino de convivencia, de tolerancia, de democracia y de libertad, “cuestiones imprescindibles de las que tanto se prescinde en el mundo que estamos viviendo”. Un mundo en el que el conocimiento del otro es vital porque, ha subrayado durante su discurso, “la ignorancia es enemiga de la convivencia. Cuanto más conocimiento tiene el ser humano, más cerca del conocimiento esta. El conocimiento nos hace mejores y mas libres”, ha explicado, advirtiendo frente a los tiranos que aprovechan los resquicios, el desánimo del pueblo, para hacer calar sus discursos.
Antes, la consejera de Educación y Cultura, Pilar Orozco, era la encargada de abrir los discursos, para mostrar su emoción por entregar el galardón a una personas que “ha subido y bajado de miles de escenarios, haciéndonos disfrutar de su música por todo el mundo”.
El presidente de la Ciudad, por su parte, no ha dudado a la hora de calificar a Serrat como “el compositor y cantante más importante, con mayor resonancia, en España y Latinoamérica de los últimos cien años”. Una persona, ha insistido que “es casi de la familia” porque “aunque no hayamos tenido la dicha de tratarlo, forma parte del círculo íntimo y cercano de cientos de miles, de millones de personas, entre las que me incluyo” a través de sus canciones. Canciones que tratan “de la amistad, de la niñez, de la felicidad, de la soledad, de la vida, de la muerte; y en todas, como fondo, en la base, el amor, el que todo lo puede, para el que no existen sueños imposibles. Canciones que nos han hecho reflexionar sobre nosotros mismos, procurar ser mejores”.
Para Vivas, el jurado del Premio “ha acertado de manera rotunda: el vínculo entre Serrat y la defensa de la convivencia es de naturaleza esencial, inequívoco” porque “su obra es, en gran medida, el fruto de la fusión y del encuentro, de la mezcla, del mestizaje, en definitiva”. Serrat, ha explicado, “es un tenaz pregonero de la tolerancia y contra la intransigencia y el sectarismo, venga de donde venga, tenga el signo que tenga”.
El presidente de la Ciudad ha querido agradecerle, además a Serrat “haberle puesto música a la poesía de Antonio Machado y de Miguel Hernández, con la sutileza sublime que otorga el talento, la complicidad y el respeto; por cantarnos lo que queríamos y necesitábamos oír: nunca más las dos Españas; nunca más una guerra entre hermanos; nunca más la cárcel, el paredón o el destierro”.
Vivas ha recordado además que “Ceuta es un buen ejemplo de que la convivencia, además de lo natural, lo sensato y lo conveniente, es posible”, con un actor principal, el pueblo de Ceuta, que “lleva en el ADN la resistencia; en el corazón, la convivencia; y en el alma, el amor a España”.
