miércoles. 24.04.2024

Hace exactamente un año que una palabra se ha instalado en nuestras vidas: pandemia. A media tarde (hora española) del miércoles 11 de marzo de 2020 el secretario general de OMS, Thedros Adhanom, oficializaba que el coronavirus había dejado de ser una epidemia para convertirse en pandemia.

 

El motivo es sencillo de entender. El alcance de estas enfermedades contagiosas se suele dividir en tres niveles: brote, epidemia y pandemia. En el primero de los casos, se considera como tal la aparición repentina de una infección en un lugar y momento concreto. Generalmente, suele referirse a intoxicaciones alimentarias.

 

El siguiente nivel, como decíamos, es la epidemia. Esta definición es para la propagación del brote, debido a que se descontrola, de un modo sostenido en el tiempo. Y de ahí pasamos a la pandemia: como decíamos, es la propagación interna -sin casos importados- de una enfermedad o infección en más de un continente. Otra cosa es la endemia: la propagación de una enfermedad en un lugar concreto pero durante unos periodos determinados del año.

 

Los últimos datos apuntan a que, a nivel global, se han producido 118.000.000 de contagios y, por desgracia, han fallecido 2.620.000 personas. El país más afectado por la pandemia, un año después, es Estados Unidos, con 29.200.000 contagiados y 529.000 fallecidos. Le siguen India, con 11.300.000 casos y 158.000 defunciones y Brasil, que ha sufrido 11.200.000 contagios y lamentado 271.000 fallecimientos. Es decir: los datos responden perfectamente a la descripción de pandemia, al tener entre los tres primeros a dos países americanos y un asiático. España se encuentra en el 'top ten' con 3.178.442 contagios, lo que nos sitúa en la séptima posición, y 71.961 fallecimientos. En el panorama europeo, nos superan Rusia, Reino Unido, Francia e Italia. Por completar el recorrido continental, Sudáfrica y Papúa Nueva Guinea son los países más afectados en África y Oceania, respectivamente.

Un año de pandemia