sábado. 20.04.2024
GASTRONOMÍA

Un 'bocata' de corazones... en Ohio

Curioso hallazgo el realizado por Carlos, un ceutí residente en Mansfield (Ohio, Estados Unidos) desde hace algunos meses: corazones de pollo en el supermercado de costumbre. Lo comercializa una firma local, aunque como el mismo comenta con sorna, "a ver donde encontramos especias" para que aquello parezca un 'bocata' de corazones como mandan los cánones.

Atención, peninsulares. Si le dice que un bocadillo de corazones de pollo con mayonesa es un auténtico manjar, además de repetirle un par de veces lo bueno que está el te en Benzú,  que César Manrique dejó su obra póstuma en Ceuta y le tararea un par de estrofas del "Novio de la Muerte", no lo dude: es ceutí. De nada. Y ahora vamos con la historia prevista para estas líneas: la comercialización de la célebre casquería en cualquier confín del mundo.

 

Y es que, ahora los que tenemos que prestar atención somos los ceutíes, los 'yanquis' parece que han descubierto que el órgano que hace vivir a los pollos también puede tener su aquel 'vuelta y vuelta'.

 

Carlos Morales reside desde hace algunos meses en Mansfield (Ohio). Su sorpresa fue mayúscula cuando encontró corazones de pollos perfectamente envasados. Comenta, con sorna pero no sin razón, que el problema es "a ver de donde sacamos las especias, y como la aliñamos", para que aquello parezca un bocata de corazones de los buenos, de los que han unido a más ceutíes que acordarse de la carta heráldica del levante cuando aparecen los temporales del Estrecho.

 

No sólo en Ohio; también en Perú o ciertas zonas de Brasil le han cogido el puntito a esto de comer pequeños órganos circulatorios. Pero en Estados Unidos. Ya sabemos que como a estos les de por algo, acaban llevándolo hasta a Islandia. Sin embargo, nada como en el lugar original. Ceuta es a los bocatas de corazones lo que Bolonia a los macarrones, Río a la samba o Escocia al Whisky y los señores con faldas de cuadritos y los mofletes como la camiseta de Osasuna.  Aquí les esperamos, pues, señores de Ohio. Y, por supuesto, al amigo Carlos, ese hijo del Polígono Virgen de África  y su familia.

Un 'bocata' de corazones... en Ohio