sábado. 20.04.2024

 

 

No pocas crónicas cuentan que la historia de la Legión está impregnada, en sus orígenes, por un cierto espíritu romántico; de algunos jóvenes que buscaban aventuras en confines lejanos a los que acudir a batallar o de otros que haciendo valer uno de los versos más afamados del himno del Tercio - “cada uno será lo que quiera, nada importa su vida anterior”- quisieron dejar atrás sus propios demonios para emprender una nueva vida. De aquellos años, perviven en la memoria algunos nombres: Carlos Expresatti De la Vega, el primero en alistarse o Baltasar Queija De Vega, cuyo arrojo / suicidio sobre la trinchera enemiga para calmar la pena por su viudedad inspiró el Novio de la Muerte. Si: el Tercio sabía quien era, y también su fundador; se quiera o no, Millán Astray.

 

Lo que posiblemente ninguno de estos pudo imaginar es que, casi un siglo después de aquello, la Ciudad en la que la historia legionaria comenzó se volcaría con pasacalles como el de la tarde de este jueves en el Revellín o una semana próxima llena de actos y conferencias para culminar, el próximo 20 de septiembre, en el Acuartelamiento de García Aldave. Entonces llamado la “Posición A”. Algo, seguro, difícil de imaginar hasta para la prolífica imaginación de Fidel Prado Duque. ¿Quien era este?. Un compositor y escritor de novelas del oeste cuya obra más notable empezaba contando una historia en la que “Nadie en el Tercio sabía quien era aquel legionario, tan audaz y temerario”....

Un pasacalles por el Revellín inicia la cuenta atrás hacia el 20 de septiembre