martes. 16.04.2024

En evitación de una fractura social, exigimos la dimisión del Ministro del Interior

Grande Marlaska durante una de sus visitas a la frontera del Tarajal / Archivo

Un mal en este país, está claro, son las políticas sobre seguridad ciudadana aprobadas sin consenso, un factor de riesgo para gobiernos, ciudadanía y para los funcionarios neutrales en las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, en evitación de un uso partidista de las mismas.

 

ARP es una organización inequívocamente defensora de los derechos humanos, con vocación reformista y progresista, que defiende la derogación de la actual ley de seguridad ciudadana considerada mejorable, perjudicial en muchos apartados para los propios miembros del Cuerpo de Policía Nacional y la ciudadanía en general. No nos escondemos y afrontamos con firmeza unos valores y principios democráticos, que no son tenidos en cuenta por el Ministerio del Interior y por la Dirección General de la Policía.

 

Los acontecimientos que sucedieron en Ceuta con los menores devueltos a Marruecos; los actuales en Cádiz y el acoso y asedio de las inmediaciones de la Jefatura Superior de Policía de Cataluña, demuestran una inseguridad política en órdenes y directrices débiles y desconcertantes que emanan del gabinete del ministerio del interior y desde la DAO, que acaban convirtiéndose en desconfianza en las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado y en el conjunto de la sociedad.

 

Ello propicia que sectores interesados en rechazar un cambio necesario y adecuar al Cuerpo de Policía Nacional a futuras reformas organizativas (derogación ley mordaza, ley de personal y de representación sindical) permitan en estos tiempos interactuar a políticos para agitar un cambio de gobierno y frenar estas reformas necesarias. Nos han obviado hasta ahora a ARP, tanto unos como otros, pero la fuerza de razón democrática se impondrá para permitir una avance en la institución policial que normalice su función como garantes de derechos y libertades y se “oxigene” el actual escenario imperante.

 

Mucho se pone en juego en estos momentos para el estado social y de derecho en este país. La Dirección General de la Policía y el Ministerio del Interior, están propiciando estas reacciones de miles de funcionarios inmersos en una profunda crisis institucional y sindical sin paragón.

 

No se entiende el anuncio de la derogación de la ley mordaza por un diputado, con todos nuestros respetos, que no forma parte del Ministerio del Interior; que la Ministra de Defensa salga justificado la presencia del “blindado de la UIP”, lo que da prueba de que en Interior debe estar fallando algo que impide en estos momentos que sea el propio ministro quien dé respuesta a todas estas demandas e intenciones del gobierno.

 

Retiramos que las posible reformas anunciadas, y las que se puedan incorporar en próximas comparecencias, deberían tener un componente participativo de magistrados, profesionales de la seguridad, sindicatos y asociaciones policiales, colectivos de abogados, funcionarios de prisiones, colectivos universitarios, sindicatos de clase, formaciones políticas con voluntad negociadora, creando un espacio social donde tengamos cabida todos los que deseamos progresismo, respeto y libertad.

 

La ARP en su decidida apuesta por estos deseos y a través de su recién renovado Órgano Coordinador anuncia públicamente que no vamos a permanecer por más tiempo sufriendo las consecuencias del desprecio y olvido de la administración policial por nuestra condición de “no representativo”, habiendo presentado desde nuestra humilde y sincera actividad sindical más propuestas que otras formaciones sindicales subvencionadas que juegan un papel de resistencia a estos cambios que nos lleven a desempeñar una labor importante en la función pública, como el resto del funcionariado estatal, derechos y obligaciones hoy en día cercenados por gobiernos conservadores.

 

Ante los hechos expuestos y en evitación de una fractura social, solicita al gobierno en coalición un paso adelante y releven al Ministro del Interior, en el deseo poner fin a una etapa de oscuras decisiones políticas y órdenes contrarias al derecho administrativo que vienen siendo sancionadas por Tribunales Superiores de Justicia y Tribunal Supremo, lo que supone un déficit elocuente de gestión democrática al frente de la seguridad de este país.

 

Exigimos al colectivo policial neutralidad política en las manifestaciones y concentraciones anunciadas por otras organizaciones en la Policía y Guardia Civil, con la aparición interesada de políticos de la oposición, tan responsables del caos imperante en las sucesivas leyes existentes que perjudican a nuestras legítimas aspiraciones profesionales.

 

Conforme a nuestros principios democráticos de participación cívica, solicitamos la DIMISIÓN del Ministro del Interior, Sr. Grande Marlaska-Gómez, y un relevo consecuente en la cúpula policial en la Dirección General de la Policía Nacional.

 

En Madrid, a 25 de noviembre de 2021

El Órgano Coordinador ARP

En evitación de una fractura social, exigimos la dimisión del Ministro del Interior