sábado. 20.04.2024

La óptima gestión pública es una obligación, no una opción

José Antonio Carbonell
José Antonio Carbonell

El logro del uso eficiente de los recursos públicos en nuestra ciudad es un despropósito debido al incremento del gasto público tan disparatado y por la toma de decisiones nefastas por parte del Gobierno actual, cuyo modus operandi consiste en despilfarrar el dinero a manos llenas. De ahí la situación de inestabilidad económica que atraviesa Ceuta.

Para que se puedan gestionar estos recursos públicos deberían de catalogarse como una medida de esfuerzo y compromiso del ejecutivo para con los ceutíes, pero para que este escenario sea posible hay que conseguir que el gasto público sea sostenible y eficiente a lo largo del tiempo y no ir dando palos de ciego, tal y como está sucediendo en la actualidad.

El eje central de actuación de la Administración pública sería la búsqueda de la satisfacción de las demandas sociales, el fomento del bienestar y el crecimiento económico de nuestra urbe. La Carta Magna recoge distintos principios, afirmando en el artículo 31 que “El gasto público realizará una asignación cuanto menor equitativa de los recursos públicos, tanto su programación como su ejecución responderán a los criterios de eficiencia y economía”.

Es necesario contar con una óptima gestión, ya que la Unión Europea camina por la senda de la desaceleración del crecimiento, incluso la misma Comisión Europea ha reducido la estimación de crecimiento para las economías más importantes de la zona.
Para poder lograr estos objetivos la Administración ceutí debería interiorizar que los recursos públicos deben ser tratados como si fuesen los suyos propios, establecer seguimientos de la eficiencia contractual con indicadores reales de gestión y con resultados, asentar líneas de acción para afrontar los resultados obtenidos haciendo un seguimiento de los mismos. 

Si queremos resultados reales se debe creer en la consecución de los mismos y para que esta eficiencia exista, se tendrían que auditar todas las áreas para conocer la situación real de cada departamento. Por ello es necesario que los empleados públicos encargados de gestionar los recursos públicos, sean conscientes de la importancia que tienen sus tomas de decisiones.

Una buena práctica es efectuar evaluaciones permanentes del gasto público, de los recursos empleados y de los resultados obtenidos, no solo al inicio de los mismos sino en toda la etapa de la implementación, controlando aquellas partidas con un mayor peso en el gasto público.

Esto en Ceuta nunca tendrá cabida, a no ser que se produzcan cambios importantes en los gestores, ya que los criterios utilizados no permiten potenciar la mejora de la eficiencia en el gasto público.

“Una gestión eficiente conlleva una gran responsabilidad”

José Antonio Carbonell Buzzian

La óptima gestión pública es una obligación, no una opción