viernes. 29.03.2024

"¡A hacer puñetas!"

Las puñetas son las puntillas que entre otros profesionales llevan los jueces en la bocamanga de sus togas. La expresión “vete a hacer puñetas” nació a principios del siglo XIX en Madrid y significa literalmente “vete a la cárcel”. Las puñetas y todos los trabajos de encaje las hacían las mujeres en la cárcel madrileña de mujeres “Casa Galeras”. Su elaboración suponía un trabajo complicado, monótono y fatigoso para las condenadas. El juez Llarena ha mandado “a hacer puñetas” a buena parte de los cabecillas de la rebelión catalana. La detención de Puigdemont en Alemania y el auto de procesamiento para todos los encausados abre definitivamente la puerta al principio del fin de la rebelión. El Poder Judicial, con magnífica ayuda de Policía y Guardia Civil, anda poniendo a cada cual en su sitio en este desafío a nuestra democracia. En los últimos meses hemos descubierto que esos que llevan las puñetas hacen más por el país que aquellos que llevan sus riendas.

 

El Gobierno Central, actuando de forma pusilánime no usa el artículo 155 de la Constitución para purgar y controlar la base y estructura del “catasunismo”, haciendo llegar a los ciudadanos catalanes, y a los españoles en general, un mensaje de firmeza, tranquilidad y capacidad; solo lo blande al aire cual espada de juguete: la educación sigue adoctrinando y se negó a investigar esta situación, los medios de comunicación públicos catalanes continúan en las mismas infames manos y emitiendo soflamas secesionistas, y el Parlament sigue pisoteando los derechos de los diputados. Los ciudadanos catalanes contestaron bien a eso en los resultados de las últimas elecciones dejando al Partido Popular con tan solo cuatro diputados autonómicos y sin posibilidad de formar grupo parlamentario, lo que finalmente hicieron negociando con ERC que les cedió un diputado.

 

El auto del juez Llarena relata extensa y claramente cuáles son los hechos que se le imputan a los 30 procesados en el pulso mas grave a la democracia española y declara su procesamiento por todos los delitos posibles en relación a esos hechos: rebelión, malversación de caudales públicos y desobediencia. Frente a los cuentos del independentismo, los hechos de una resolución judicial impecable como todas las que se han dictado en este asunto, tanto en el Supremo como en la Audiencia Nacional. El delito mas grave de todos es el de rebelión, penado hasta con 30 años de cárcel. Son reos del delito de rebelión los que se alzan violenta y públicamente para, entre otros fines, declarar la independencia de una parte del país y/o sustraer cualquier clase de fuerza armada a la obediencia del Gobierno. El delito es de mera actividad, no es necesario alcanzar el fin y el auto deja meridianamente claro que existe violencia, conforme ya tenía declarado el Supremo jurisprudencialmente, en cuanto que ésta no sólo puede consistir en emplear fuerza física directa, sino también usar la fuerza para restringir la capacidad de actuación del sujeto pasivo, como ocurrió en el conocido cerco a la Consejería de Hacienda, que supuso no una simple intimidación, sino que produjo, como dice el auto de procesamiento, “el efecto inherente a la violencia, esto es, una real restricción de la capacidad de actuación como consecuencia del uso de la fuerza” (Fundamento Jurídico Primero): la secretaria judicial que asistía al registro tuvo que salir por el tejado…

 

También se desprende de los informes de la Guardia Civil la utilización de dinero público de todos los españoles, para entre otras cosas, realizar los “referéndum” y la continua desobediencia a resoluciones judiciales y especialmente a las del Tribunal Constitucional, de donde se infiere la comisión de los delitos de malversación y desobediencia.

 

Las puñetas han pasado de ser un instrumento para evitar el desgaste de la bocamanga a ser un símbolo de categoría profesional de los miembros del Poder Judicial, ese que los independentistas no han podido apreciar hasta ahora. Tampoco supieron valorar la fortaleza de nuestro Estado de Derecho y en su delirio creyeron enfrentarse a un simple gobierno y no a “todo un pueblo” como el español.

 

INMACULADA PILAR GRACIA, AFILIADA DE Cs

"¡A hacer puñetas!"