La saga de investigación protagonizada por Sherlock Holmes y/o su entorno es una de las que mayor rédito ha generado en la historia del cine. Se trata de un género completamente atemporal y de éxito garantizado. Numerosas propuestas invaden la pantalla desde que tengo memoria cinematográfica, e incluso antes, ventajas de las películas, que puedes ver algo que se hizo antes de que nacieras.
En los últimos tiempos, la tendencia ha sido claramente la de revitalizar las historias que giran en torno a Holmes, tanto en gran como en pequeña pantalla, modernizando no sólo al personaje, sino la forma de contar las historias, y se me vienen ahora mismo a la cabeza las intentonas más o menos exitosas pero muy comerciales protagonizadas por Robert Doney Jr. y Jude Law…
Siguiendo este estilo “videoclipero”, desenfadado, poco académico, incluso con la protagonista dirigiéndose a menudo al espectador, rompiendo (en exceso) la llamada Cuarta pared, esta producción que llega de la mano de Netflix centra la historia en un nuevo giro en la familia Holmes, a la que otorgan una hermana pequeña, inquieta, astuta e inteligente, no podía ser de otro modo. Dicha muchachita será la protagonista absoluta, la que investiga este caso que le toca directamente y huye de la sombra de sus hermanos en busca de su propia identidad, todo un reto para una jovencita en la Inglaterra victoriana…
La trama tiene sus altibajos de interés, siendo bastante convencionales, incluso burdos los giros argumentales, pero manteniendo siempre el transcurso de los acontecimientos dentro de unos límites aceptables de dinamismo. Su protagonista, Millie Bobby Brown, aprovecha bien ese don que tiene para conectar con el público gracias a su aspecto frágil de chica de armas tomar que ya explotó con creces en la exitosa serie Stranger Things, uno de los estandartes franquicia de la propia Netflix.
Cierto es que el enfoque feminista adolescente y la poca química con los personajes de Sherlock y Microft Holmes (Henry “Superman” Cavill y Sam Clafin) distraen la atención sobre lo que debería ser el meollo de cualquier aventura con el apellido Holmes que se precie, y esta circunstancia desluce el resultado final con un punto de desconcierto y otro de indiferencia, pero no se trata del todo de una propuesta que no tenga aspectos aprovechables.
Lo que sí reafirma claramente esta Enola Holmes, es el estrellato indiscutible de la “marbellí” Millie Bobby Brown, de personalidad indiscutible, con un presente profesional ya resplandeciente y con un futuro en esto de la interpretación mucho más que prometedor.
Puntuación: 5
JUAN CARRASCO DE LAS HERAS → [email protected]