Septiembre llega con un combate singular en el que se enfrentan mostrando mucho músculo las plataformas HBO y Amazon Prime, estrenando dos trasatlánticos como son las precuelas, muchos años antes de lo ya narrado, de Juego de Tronos y El Señor de los Anillos, respectivamente. Esta última propuesta es la que se acaba de estrenar con emoción para los fans y una manufactura muy muy cuidada. Basada en la archiconocida obra de Tolkien, Los anillos de poder no se trata de una continuación de la trilogía de El señor de los anillos ni de El hobbit, sino de eventos que ocurrieron miles de años antes como la forja de los anillos de poder, una precuela en toda regla y un trasvase del éxito aplastante en cines al éxito en la pequeña pantalla. ¿Inicio de nueva era?
El español J. Bayona anda metido en los guiones y dirige también con pulso firme y galones estadounidenses los dos primeros capítulos, mérito en su trayectoria que no debe pasar desapercibido, ni tampoco el rédito que le va a reportar el ser uno de los productores. Ambos capítulos pueden verse ya en Amazon Prime, y el resto hasta completar los 8 que forman la primera temporada, de estreno semanal, uno a uno, que es la fórmula que suelen seguir con las series de tronío todas las compañías, la que se ha mostrado como más efectiva.
Esta apuesta por el género fantástico de calidad viene a pelearle la parrilla a la otra precuela esperada de la década, la de Juego de Tronos, La casa del dragón, ambientada muchos años antes de la popularísima serie, cuando el cotarro estaba gobernado por la casa Targaryen, presenta diez episodios de los que ya hemos podido ver dos y que prometen también una historia muy interesante, de cuidada creación artística y personajes desarrollados cuidadosamente. En cualquier caso, esta batalla por el predominio de la ambientación de fantasía medieval es en esencia mayor oferta para el consumidor, que puede elegir comprar el producto que quiera o compatibilizar ambos, nada descartable tampoco.
Volviendo a Los anillos de poder, la épica impregna el relato, como debe ser, y hay que estar especialmente atentos a una música poderosa de Bear McCreary, Howard Shore, ahí es nada, que añadido a una puesta en escena visualmente cinematográfica y de los grandes eventos, el cuerpo te acabará pidiendo un bol de palomitas olvidándose que estás en el salón de tu casa. Bendita competencia televisiva, siempre que uno pueda pagársela…
JUAN CARRASCO DE LAS HERAS → [email protected]