Para más de uno la idea de un mundo sin hombres excepto tú, solamente rodeado de mujeres, puede suponer el paraíso soñado, y para otros muchos quizá podría parecerles el Infierno en la Tierra, cuestión de gustos, pero la argumentación postapocalíptica basada en la popular novela gráfica del sello Vértigo, se antoja original y del todo agradecida para una adaptación a la pequeña pantalla. Es cierto que cosas diferentes del corte The Walking Dead, y una ambientación tras el desastre mundial viviendo en una pandemia, no parece a priori lo original que aseguramos que es, si bien es cierto que no estamos ante un guion de los denominados clásicos, pero el hecho de la raza humana adaptándose a un cambio en el que las mujeres sean las que deban hacer mover el planeta con la posibilidad (o no), de rescatar a los hombres y por ende toda posibilidad de supervivencia (o no) de la especie, sí que tiene el componente de interés y de reflexión que otras muchas no tienen como premisa, y ello le da un extra de interés a la historia antes de ser contada, todo un valor añadido.
La serie se basa en el reputado cómic en el que un tipo de desastre ha acabado con todos los hombres menos uno, con las consiguientes repercusiones y los interrogantes del día después que uno puede imaginar. La historia tiene lugar en un mundo postapocalíptico donde un misterioso evento ha matado simultáneamente a todos los mamíferos con un cromosoma Y,con la excepción de un hombre, el protagonista, y a su compañero de viaje, que no es otro que un mono. La serie sigue las andanzas del citado personaje y sus situaciones con el nuevo escenario mundial, mientras las supervivientes se enfrentan a sus pérdidas e intentan restaurar la sociedad, liderada por la madre de este (interpretada por la ilustre Diane Lane), que se ha convertido en la nueva presidenta de los Estados Unidos por una carambola que nadie podía imaginar.
Más ambiciosa que realmente efectiva, Y: el último hombre (en su faceta de serie, el cómic es un clásico moderno), el proyecto cuenta con más intención y mimbres que resultados, perdiéndose a veces en divagaciones que no conducen a mucho y con carencias de ritmo y tensión en algunos capítulos. En la otra cara de la moneda, la producción remonta a medida que va avanzando y tiene momentos que te hacen querer saber cómo acaba todo. Si tuviésemos que definir el conjunto con una sola palabra, seguramente ésta sería “irregular”. Tan decepcionante como efectiva, perfecta para una sesión de fin de semana de satisfactorio consumo de usar y tirar.
PUNTUACIÓN: 5
JUAN CARRASCO DE LAS HERAS → [email protected]